Mi primera vez en Lisboa. He ido dando tumbos con el metro. Primero, al orificio nasal del mapa: a la desembocadura del Tajo. Bajando en Baixa-Chiado, zona comercial y una ojeada a las rebajas, hasta Praça do Comércio, porticada por tres costado y abierta a la costa por el otro.
Y la desembocadura del Tajo. Mirando a la derecha, el espectacular puente del 25 de abril.
Y a la izquierda, atracado un espectacular portaviones del ejército luso.
Gusta la Lisboa esa que se precipita...
Y la vida y los sonidos de un día con tanta luz ahí justo, donde el orificio nasal del mapa. Música en directo: sonido traído de las ex-colonias o la constante acordeón...
O los más actuales y cansinos en la cuidada plaza de toros (y centro comercial) de Campo Pequeno, donde dentro de un mes sonará el mil veces repetido 'au si te pego'.
Y mañana rumbo a la Isla Terceira: me dicen que ahí la pasión por el toro está desatada. Que es de auténtica locura.
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