10 mayo 2012

a alberto aguilar en valència (casi) siempre le pintan los toros cárdenos

No falla, si Alberto Aguilar se anuncia en València, como es el caso del próximo sábado, los toros lucirán pelo cárdeno, entrepelados en blanco y negro y diferentes tonalidades. Hay un 100 75% de coincidencia (se no había pasado la de Alcurrucén en las anteriores Fallas). Y esa casualidad supongo que no tiene nada que ver con que las llamadas figuras maten sí o sí casi siempre la del Cuvillo, Garcigrande, Zalduendo o Victoriano del Río. El caso es que Alberto Aguilar lleva en València una de Adolfo Martín y otra de La Quinta y como resultado: cornada y faenón, respectivamente; y ahora, una de Victorino Martín el próximo sábado 12 de mayo para seguir con la costumbre.

Se presentó con una de Adolfo Martín las Fallas de 2011 cuando los monumentos ya habían ardido, un 20 de marzo.

De los seis el mejor 'adolfo' fue el sexto. 'Revoltoso' su nombre y cárdeno como todos. Y bravo. Le cupo en suerte a Alber Aguilar, que estuvo hecho un tío. Su faena de muleta estuvo presidida por el gusto y el mando. La mano abajo en emocionantes series, con el toro, noble, llegando hasta el final y revolviéndose buscando el siguiente. En redondo y al natural. Un lujo y toque de atención: Alberto Aguilar es torerazo de los pies a la cabeza. Series ceñidas y naturales de quilates. Presentando la muleta por delante, cargando la suerte y hasta el final. Por el izquierdo se le paró, una mirada y en esas, un pitonazo certero a la altura de la tibia, y la cornada.

Le brotó la sangre inmediatamente y Aguilar no quiso pasar a la enfermería hasta agarrar la oreja, tras matar como pudo. La torería hay veces que va mucho más allá de la razón.




El siguiente de capítulo de Alberto Aguilar con cárdenos fue en la Feria de Julio siguiente. La oreja y la cornada bien lo merecía. Y como premio una de La Quinta. Su respuesta, una faena de las que no se olvidan y que fue ignorada por el incompetente jurado de la Diputación. Fue el 20 de julio de 2011.

El sexto fue otro tío. Se llamaba 'Chocolatero' y más dulce no pudo ser. Cárdeno, lucero, la mar de guapo y con la seriedad de dos pitones vueltos, que para postre embistió a camara lenta. Un superclase que cuando hundía el hocico tras las telas paraba los relojes. La pena que en el caballo solo se dejó; la otra, que se pico bastante mal a este y a casi toda la corrida.

Alberto Aguilar inició en redondo en los mismo medios. Primero distancia, luego temple y a la segunda serie se permitió un ligero codilleo. Cada muletazo duraba una eternidad por lo despacio que sucedían, por lo largos que eran. Así, profundos, despatarrados y de temple exquisito. Se abandonó y todo en redondo y el toreo al natural lo bordó en las dos últimas series de lo que fue una faena de altos vuelos. Puro placer.


PS: En la de Alcurrucén de las pasadas fallas lo que quedó claro fue que "Alberto Aguilar aprovechó desde la primera ocasión que tuvo, señal de que traía enorme disposición".

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