04 mayo 2012

la agonía de la fiesta del bienestar

Fue Victorino Martín antes de que acabase la semana de farolillos, que él con sus toros y pocos más habían logrado encender, quien aportó por anticipado la conclusión de la Feria de Abril y del estado de la cosa tomando como argumento su tarde:
"tarde en la que quedó bien claro que hay dos fiestas distintas, lo que empieza a chirriar bastante"

Y decir dos a lo mejor resulta poco y todo. Vistas las dos primeras ferias fuertes --València y Sevilla-- y viendo la que se avecina con San Isidro y toda su morralla, uno se acuerda del invierno inútil de disputas y vuelve a comprobar que el toreo sigue tan lejos de la realidad como siempre, y ahora en plena temporada más todavía. Pintan bastos. Disputas, damnificados, cada uno batallando por su bolsillo y barriendo las migajas para casa a costa de los que callan por cambiar cuatro chavos por un par de arrimones como poco. De la originalidad o la vergüenza torera, sin noticias.

¿Dos fiestas? Y tres o cuatro también. Y mucho egoismo y muy poca responsabilidad para con eso que llamamos Fiesta en cuanto a rito de arte y emoción imprevisible... ¿O eso era antes?

Sevilla deja varias conclusiones, una montón de dudas y otras tantas preocupaciones y ninguna solución, y de éstas haberlas haylas. Pero como en casi todo los relacionado con el toro, hace falta valor.

Pero resulta más fácil hablar de la crisis como culpa del cemento donde antes no lo había. Pero por faltar, faltan muchas más cosas: falta de emoción y riesgo en el triunfo histórico; una fiesta que va a convertir el sucedáneo en lo fundamental, y otra que ya ni sabemos si la sociedad está emocionalmente dispuesta a soportar... y luego surgen dudas de si al cartel estrella del ciclo se le privó de la mejor corrida posible por un dinero que nunca nadie quiere recortarse y esas cosas...

La Fiesta eterna y mágica, de pasiones y emociones entrañables --de entrañas profundas-- parece sumida en una lenta agonía y requiere de una auténtica revolución. La pregunta es: ¿pasarán San Isidro y --repito-- toda su morralla como si nada? ¿Serán capaces? Quisiera imaginar que hay alguien pensando en el futuro y con capacidad para involucrar a toda la Fiesta y que ésta salga reforzada de esta encrucijada...

La Fiesta, los dos tipos de fiesta según Victorino... o los tres, cuatro o treinta. Ni sirve aliarse y hacer la guerra cada uno por su cuenta ni tampoco alargar la Fiesta del Bienestar porque en su agonía, agonizamos todos... basta mirar afuera cómo están las cosas y saber establecer diferencias.

1 comentario:

pedrito dijo...

Claro que hay dos fiestas distintas: la fiesta BRAVA, que unos aficionados valerosos intentan mantener en algunas placitas donde se respecta el TORO y su lidia,

y la fiesta del dinero, de las trampas, del perritoro, la fiesta circo, de la avidez estupida de los taurinos y de toda la gente que vive de esa tonteria, que no se preocupan que estàn matando a la FIESTA BRAVA que dejan agonizar, la FIESTA BRAVA sola que puede ser defendable.

Enhorabuena por su entrada, señor Verdeguer.
Saludos