El Centro Cultural la Benifecencia fue el espacio elegido por la empresa de la plaza de toros de València y el Aula Las Provincias para destacar la importancia y peso de la Feria de Julio, la fira de juliol taurina. Y conversar sobre su historia, presente y futuro.
Como el ejemplo a seguir, un cartel programado para esta edición: el mano a mano entre Javier Castaño e Iván Fandiño con toros de Alcurrucén, Adolfo Martín y Fuente Ymbro. Por eso todos los protagonistas del cartel estuvieron presentes: los dos matadores y los tres ganaderos. Prácticamente se llenó la capilla de la Beneficencia para escuchar reflexiones en voz alta sobre una Feria de Julio, que, con solo tres corridas de toros, probablemente ha tocado ya fondo y necesita el revulsivo de la autenticidad. Lejana su historia, aquella que dice que València por julio era referente y lo fue durante casi un siglo: el centro mismo del mundo taurino.
Uno recuerda, aún no hace ni 20 años, ferias con tantas novilladas (tres) como corridas de toros tienen esta edición, que podría parecer triste si la ilusión que generan los dos manos a manos del cartel no estuviera por las nubes.
Si la Feria de Fallas es la antesala a la temporada, la oportunidad de medir como vienen las intenciones, Julio es el acontecimiento para reafirmar lo más destacado de la temporada. Algo así fue la deficinición de Nacho Lloret. Pero apenas un esbozo es lo que se ha podido llevar a cabo, y más tras la caída de Manzanares del cartel y su sustitución por Ponce.
Claro fue Isidro Prieto, diputado de Asuntos Taurinos, al decir: "Si complicada fue la confección de las Fallas, de infarto ha sido la Feria de Julio por la negativa de muchas figuras del toreo a venir ahora a València". En ese aspecto José Luis Benlloch recalcó: "Es intolerable que no quieran venir a la Feria de Julio de València".
Pues sí, es lo que faltaba. El maldito orgullo y la escasa responsabilidad. Labor de la empresa es conseguir otra programación para València la próxima y evitar que los problemas le estallen otra vez en las narices. El Diputado dio el toque a la empresa ante el año que les queda de contrato. Lo que se echó en falta fue la necesaria autocrítica de la Diputación por un pliego que en nada quedó desfasado ante la crisis socioeconómica y que ha sido una gran losa que se ha arrastrado durante toda la gestión y que por lo tanto también tiene su parte de culpa.
"Un cartel libre de sospechas"
Javier Castaño e Iván Fandiño en ese aspecto, con tres de las últimas ganaderías triunfadoras en València, conforman en un cartel varios de los más fuertes argumentos que está dejando una temporada 2012 que invita directamente a la revolución y a alejarse de la aburrida monotonía.
Como "un cartel libre de sospechas" se llegó a definir el mano a mano que para el aficionado, con sus ganaderías, es el día de mayor expectación del abono de julio. José Luis Lozano, ganadero de Alcurrucén, se quejó de que en estos tiempos "ha bajado el respeto que se tenía a los ganaderos", y este cartel les reconoce ese respeto. Adolfo Martín afirmó: "no me gustan los toreros conservadores", refiriéndose a todo lo contrario de lo que representan Fandiño y Castaño. Y Ricardo Gallardo destacó la capacidad de ambos diestros para desarrollar la temporada que están llevando a cabo.
"Un torero debe tener la mente abierta, somos toreros para todos", dijo Javier Castaño en referencia a la variedad de toros y encastes. Torero recuperado en las dos o tres últimas, temporadas dijo estar "agradecido a las corridas duras, aunque también me gustaría competir de vez en cuando con las figuras". Lo que no especificó es con qué tipo de toro le gustaría competir con la figuras.
Iván Fandiño, al ser preguntado por si el dinero da más valor, contestó rotundo que "si tu principal objetivo en la profesión es lucrarte, algo falla". De su compañero de cartel destacó el temple, "es muy difícil templar a los toros a los que se enfrenta" y no dudó en hacer público su deseo para la tarde del 27 de julio: "quiero que sea una tarde pletórica para todos".
Un tarde, un cartel cargado de responsabilidad: el peso de la feria, su gran argumento para defender el presente y marcar las pautas del futuro. Un día que debe darse "el espectáculo de la lida total", en palabras de Nacho Lloret.
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