29 agosto 2012

bilbao como ejemplo (mejorable) de partida


Bilbao sigue marcando la temporada en su pleno ajetreo entre agosto y septiembre. Auténtico referente de peso y responsabilidad que, por lo que aporta y reporta, debe tomarse como ejemplo de partida, siempre mejorable.

Su difícil equilibrio este año lo sostuvo al final una corrida de Victorino Martín y tres torerazos. Le quitas esa tarde o la pintas grisácea, y toca torcer el morro o que otros pretendan sacar tajada a toro pasado con el "ya lo decía yo". Pero no toca. Mejor, no ha habido ocasión. Bilbao jugó sus cartas, las claves resultaron y hasta los imprevistos fueron para bien, o sino que se lo pregunten a Julián López 'El Juli'.

Lees la feria a posteriori y sale: un debate morrocotudo con la de Fuente Ymbro --¡bendito sea!--, que en la tarde no prevista El Juli triunfó y dio su más amplia dimensión con la corrida de El Pilar, que repitió con el toro triunfador de la Aste Nagusia y echó otro igual o mejor; que la corrida de Jandilla salió como gusta a las figuras y, pese a matarla tres con ganas de morder, se llevó el título al hierro de la feria. Con ella Iván Fandiño dio la imagen de torero de mando y temple prodigioso, capaz con un tipo de toro y con el otro también, y se alzó con el merecido triunfo. Lo mismo que Perera con la de Alcurrucén, con ese acero que se cargó de la responsabilidad necesaria en el norte. Dos temporadas o tres, las de Juli, Fandiño y Perera --y sus circunstancias--, a caraperro, que se reivindicaron en el atragantón de Bilbao. Y otro, como Diego Urdiales que ofreció una tarde soberbia, auténtica lección de torería ante la de Victorino, que también se llevó un faenón de Luis Bolívar. Un auténtico grito en el the end de la Aste Nagusia 2012, tal vez por encima de casi todo lo visto.

Es el equilibrio de Bilbao, donde también se admiten errores, como una corrida que no tocaba, la de Juan Pedro Domecq, aunque hasta con esa se reivindicó otro de los que no debe faltar en las conclusiones principales: Saúl Jiménez Fortes con todo su valor. Una llamada de atención que prácticamente no dejó a nadie indiferente.

Bilbao presenta unas líneas claras, que son el sustento y el principal interés del conjunto. El equilibrio entre toro y torero es lo que convierte a Bilbao en punto y a parte y no se debe ningunear. Por eso este año se debe decir que el toro ha bajado en su presentación respecto al año anterior y que el listón no debe rebajarse más.

Bilbao es la feria que nadie quiere perderse. Por el marco y el contenido se hace necesario estar y participar de ella in situ. Por eso es necesario ahora dar un paso más. Las líneas clave no pueden ir por separado, es necesario combinarlas para afrontar una situación crítica como la actual, y combinarlas con acierto y el realismo que presenta el escalafón.

Luego ya vendrán otros ajustes. Como los precios, y eso que no es una plaza excesivamente cara. En Vista Alegre se pueden ver toros por entre 14 y 20 euros en la galería. Aunque como en València, por ejemplo, el tendido alto de sol ahora, por encima de los 30 euros, tenga un precio un pelín desproporcionado. En lo que sí se avanzó es en variar los precios según el cartel y se podría ajustar más y sobre todo mejor.

La falta de acuerdo y las disputas del pasado invierno muchos han tenido que tragárselas y ahora las ocurrencias de descuentos para jóvenes, jubilados y parados están a la orden del día y están dando sus frutos. Cualquier medida en el sentido de abaratar entradas es positiva y más en una Semana Grande de Bilbao que a casi nadie le gusta perderse. El acuerdo entre figuras y empresas se hace necesario este invierno para programar una clara política de precios y descuentos. Harían bien de olvidarse del "no" como respuesta.

En lo que sí gana Bilbao: bares, restaurantes, hoteles y transporte hasta los topes. Las Aste Nagusia sigue siendo un motor económico y los toros una de sus principales ruedas. Sin duda, el evento con mayor afluencia de público con pago de entrada y en cantidad, el segundo en asistencia tras los fuegos artificiales gratuitos. El alcalde Azkuna puede estar tranquilo.

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