Al límite, tarde de toros y de toreros de una pieza. De verdades absolutas y emociones intensas: del estado de pánico y el imperio del toro indómito a la conmoción del toreo profundo y, en esencia, poseedor de la bravura. Una corrida de toros ejemplar, de esas en las que sales flotando del coso, medio conmocionado, tras haber sentido ese zarpazo rotundo que es la grandeza de la Fiesta en su máxima expresión. La explosión perfecta de dos insondables misterios, frente a frente: el toro (toro) y el valor del torero que lleva hasta cierto punto su propa vida.
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