26 septiembre 2012

bous a algemesí/ la clarividente puerta grande de pascual javier

Algemesí, 25 de septiembre de 2012. Cuarta de la Setmana de Bous. Novillos de Guadaira de excelente presentación. Serios y cuajados. Nobles en general, segundo y tercero los mejor, el primero el de menos entrega. Pascual Javier (oreja y dos orejas) y Gómez del Pilar (palmas en ambos). Casi lleno.[VÍDEO]

A los seis años Pascual Javier fue a apuntarse a la Escola de Tauromaquia de València. Como no se lo permitieron entonces, se matriculó a los ocho por primera vez. Una ilusión, un sueño incubado y una afición rebosante, como si de pequeño se hubiese zambullido en una marmita como la de Obelix. Hasta un físico que no parecía dotado para lucir el chispeante se afinó al máximo para antojarse un torerazo hoy en Algemesí. Cada paso suyo ha sido una victoria y lo de hoy, presentarse en esta plaza y triunfar con la clarividencia y rontundidad que lo ha hecho tras 15 años dedicado a esto en cuerpo y alma, debe suponer tanto...

Que me perdonen. Pero al ver saludar a Pascual Javier al primero con seguridad y aplomo, ganándo terreno a la verónica, ajustando chicuelinas no como recurso sino como mero placer y rematar de media y larga, se me fue el santo al cielo y creí que se trataba de un novillero más hecho y placeado como era el otro del cartel, Gómez del Pilar. Pero no, aquello fue obra de Pascual Javier, que así arrancaba una tarde prácticamente redonda por la seguridad, valor y sentido del toreo que demostró.

Por contra, no fue ese el caso de Gómez del Pilar, quien nada tuvo que ver con el que sorprendió en el pasado San Isidro.

Pascual Javier trajó total disposición y una mente despierta donde el sentido que dio a la lidia no encontró impedimentos ni dudas. Una actuación con cabeza y corazón.

La novillada de Guadaira, dejándose si se le hacían las cosas bien y agradecida, valió y dio importancia a lo que se le hizo por la seria presentación. Por puntas y trapío, valía por corrida de toros en muchas plazas con un mes más en el DNI.

El negro primero era de hechuras redondeadas en morrillo,badana y culata. Guapo y bien hecho, aunque a la hora de la verdad se entregó poco. Y no porque las manos de Pascual Javier desbaratasen aquello. El novillero valenciano abrió caminos de capa y en el inicio de la faena de muleta por alto. Pero la embestida quedó cansina, repensada y a la altura de la barriga. Tragó Pascual sin mover una zapatilla, se dejó llegar los pitones a la faja y se sacó cada embesida sin brusquedades ni aspavientos y dio sentido al conjunto desde el valor en apariencia sereno. La estocada, volcándose en rectitud y enterrando el acero en lo alto, de premio. Una oreja.

El tercero, novillo hondo, tuvo más tranco y entrega. Pascual Javier imprimió temple y quietud. Muy enganchado el novillo en las telas desde el inicio, y rematado atrás. Largo el muletazo y entregado el novillero, sin dudar si esto o aquello. Con claridad de ideas resolvió. Así, en redondo, y con la izquierda pegó dos naturales enormes y un de pecho codillero rematado en el sobaco la mar de torero. No es que sea Pascual Javier un esteta, pero así, con esa mentalidad y pureza se pueden conseguir bastantes cosas. En Algemesí dominó toro y escena y argumetó una seria faena. Agarró otro espadazo, este algo caído, y recibió las dos orejas. Puerta grande clarividente y firme candidato, por el momento, a llevarse el premio del ciclo.

Gómez del Pilar anduvo por allí. Hizo largas sus faenas, pero nunca se encontró a gusto. Más yéndose que quedándose. Ni asomo del que vimos pasar por Madrid y a punto estuvo de abrir la puerta grande de Las Ventas. Feo y serio el segundo de Guadaira, parecía que no, pero acabó sacando nobleza y metiendo el hocico pese a la vulgaridad que encontró delante. Y ante el cuarto, otro novillo-toro de trapío más que sobrado, anduvo con pocas convicciones. Con ése, el único que brilló fue el tercero de su cuadrilla que puso un par dejándese ver, gustándose, y claro, tuvo que saludar.


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