25 septiembre 2012

bous a algemesí/ jorge expósito y aitor darío apuestan por ser futuro

Algemesí, 24 de septiembre de 2012. Tercera de la Setmana Taurina. Novillada sin picadores con erales de Gabriel Rojas de correcta presentación y encastados. Thiago Santos (oreja y silencio), Jorge Expósito (oreja y dos orejas) y Aitor Darío 'El Gallo' (oreja y oreja). Casi lleno. [VÍDEO]


Jorge Expósito y Aitor Darío 'El Gallo' mostraron sus cartas de ambición y torería, apostaron por ser futuro y triunfaron en la sin caballos de la Setmana Taurina de Algemesí con todas las de la ley. La eralada de Gabriel Rojas puso todo la casta y a partir de ahí todo salió como rodado. Seis de seis embistieron y dos de tres demostraron fuste más que suficiente para seguir adelante con paso firme.

Jorge Expósito jugaba en casa, toreaba en la plaza mayor de su pueblo, pero eso no quita un ápice de mérito a su triunfo, que para nada tuvo tintes localistas. Al revés, pura entrega y ese arrebato de novillero que siente cuanto hace, se lució con su toreo de mano baja, mandón y de trazo largo, ciñéndose las embestidas, embraguetándose de toro.

Sus novillos fueron exigentes. El entrepelado y salpicado, de hechuras para embestir, con cuello y bien hecho, tuvo una salida pegajosa. Darío sacó su tarjeta de visita, y con sólo verlo coger el caporte para capear por aceleradas chicuelinas, ya se intuyeron sus buenas maneras.

Pero el novillo era para Expósito y su respuesta a pies juntos la remató con una larga, oiga. Como diciendo: "¿Tú también? Pues yo más". Siempre encima, el eral de Gabriel Rojas arrollaba con cierto aire brutote. Había que enseñarlo a embestir. Y Expósito puso todo su empeño. Doblones de inicio y la mano abajo en redondo. Había que llevarlo, engancharlo y aprovechar todo su tranco. Intentó abandonarse, pero hasta eso notaba el eral, y entonces protestaba y lanzaba el cabezazo. O si se detemplaba el muletazo. Por eso la importancia del toreo de Expósito, también al natural, que es su fuerte. Hondos los muletazos, largos y templados. No era fácil, pero siempre llevó el mando en una faena ansiosa en la que siempre buscó toro. El estocadón fue a la tercera y aun así cortó una oreja.

Conforme avanzaba, la eralada iba sacando más seriedad. Así, el castaño tercero ya era un serio jovenzuelo. Sacó nobleza y Aitor Darío mostró sus excelentes formas en una faena de menos a más. El acople en tiempos, alturas y distancias fue mediada la faena y entonces fue cuando mejor expresó su sentido del toreo. Como ya había demostrado con solo verle coger el capote en el turno anterior. Porte y empaque, gusto y, sobre todo, contenido. Que tiene qué decir o expresar. Por la lógica ternura no cogió el hilo hasta mediada la faena, a partir de ahí se fue, la muleta adelante, con la cintura cimbreada con naturalidad, el compás abierto para cargar la suerte. Un molinete inspirado. El natural a pies juntos, la voltereta que no viene mal y las vueltas con los circulares. Estocada habilidosa y una oreja.

Jorge Expósito tenía la obligación de triunfar ante los suyos y no quería que le regalasen nada. Por eso se fue a porta gayola, una puerta, la de Algemesí, complicada por lo estrecha --poco más de media hoja de la puerta de entrada a un autobús-- y por estar en un ángulo del singular cuadrilátero. Airosa la larga, por el izquierdo, que se cantó como el pitón bueno. Por el derecho apretaba y se vencía. Darío 'El Gallo', tafalleó y Fernando López sudó para lidiar a un eral que fue orientándose en el fragor del tercio de banderillas, que es cuando más espacio falta en la plaza de Algemesí.

Pero Expósito no dudó. Brindó a la madre y se clavó en los medios para dar siete estatuarios que pusieron de revés aquello. Todos pendientes de lo que hacía el torero del pueblo. Siete estatuarios, el cambio de mano y el de pecho. La mecha estaba encendida. Y a partir de ahí, por naturales, la muleta suelta, ágil, soterrada sujetando la embestida del eral, que se venía con píes, pero marcando querencias. Las fue desengañando con mano izquierda Jorge Expósito. Mando, sin dar un paso atrás, pasándose muy cerca la embestida, rematándola atrás. A los paisanos los tenía entregados. Había razones sobradas.

Rompió también por el derecho, encajado y gustándose. Y como si fuese el campanario de la basilica de Sant Jaume, dejó un cambio de mano con lo vuelos que fue de enorme belleza y que marcó la cima de la faena. Lo que siguió, rajándose el eral fue accesorio y trompicado. Lo adornó con un desplante y pese al pinchazo previo a la estocada cayeron dos merecidas orejas.

Aitor Darío aquello le movió las entrañas y también se fue a la puerta de chiqueros. Tenía que cerrar el triunfo como fuer, aun saliéndose de sus formas ya expresadas. El último de Gabriel Rojas tuvo menos clase, pero también fue agradecido cuando lo templaban. Con el ansia del triunfo, Darío se agarró a cada embestida. Unas mejor que otras, pero impriendo su sello, sacando ese pellizco de hambre novilleril que a veces le falta. Sobre ambas manos, manoletinas al remate y cuando ya parecía que quedaba cuadrar y matar, una certera voltereta lo dejó insconsciente sobre la arena. Segundos, minutos de pánico. Se lo llevaron como un sacó para adentro. Thiago Santos entró a matar. Y como un león este Aitor 'El Gallo' salió recuperado y enrabietado de ver que ya habían entrado a matar, cabreado, cogió el descabelló, acabó con el novillo y agarró la oreja que se había ganado.

Sí, hemos nombrado a Thiago Santos. Mala tarde. Aportó poco o nada. Cortó una oreja por dar pases de todas las marcas de forma mecánica al primero y tuvo poco compromiso con el cuarto. Está para pensar en cualquier otra cosa.

En cambio, Jorge Expósito y Aitor Darío quieren ser futuro en esto. Por el momento están dispuestos y tienen toreo que ofrecer. Por eso se fueron por la puerta grande de Algemesí con todos los méritos.

PS: Dos detalles. Jorge Expósito invitó a saludar al ganadero de Gabriel Rojas por la encastada eralada que había echado. Y en la salida a hombros quien se echó a hombros a Aitor Darío, según me cometó Paco Montesinos, fue el propio padre de Jorge Expósito. Si es que además tendrán torería...


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