Sevilla, 5 de abril de 2015
Espartaco lleno de canas, entregado y feliz, mostrando hondura y gracia sevillana en su toreo, peleando con su amor propio con el otro más complicado, dos espadazos, la actitud de figura, su padre y su hijo cortando la coleta, los toreros levantándolo a hombros, entre ellos los que siempre fueron en su cuadrilla: Ecijano o Rafael Sobrino, dos toreros de plata. Dice mucho eso. El toreo es grandeza.
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