Hoy el día tiene una gran ilusión. Román confirma alternativa en pleno San Isidro de manos de Enrique Ponce. Es una fecha histórica para la Tauromaquia valenciana. De valenciano a valenciano en la Plaza de toros Las Ventas. Es un hecho que no ocurre todos los días. Vamos, creo que es la primera vez que pasa. Es una moneda al aire arrojada de forma consciente ante la incertudumbre de que salga un toro. La historia de uno de los más grandes --siempre lo he dicho: ningún valenciano en los últimos ¿50 años? ha alcanzado lo que Ponce en ninguna otra disciplina en todo el mundo--, abriendo la puerta al futuro a un tipo como Román, que sin darse cuenta y de forma natural, como es él, ha actualizado la palabra 'torero' al siglo XXI.
Sé lo que le pone la cita de hoy y cómo la afronta. Así de curioso o más que en la foto y un poco más maduro, pero igual de rebelde, afronta una tarde clave para su carrera. "¿Por qué tiene que salir mal?" se preguntaba el otro día cuando hablábamos para Cultura de Bou, para la radio. Lleva una temporada recluido en una aldea de la meseta. De València echa de menos el mar o pasear por el barrio del Carmén. Pero profesionalmente necesitaba marcar distancias. La tarde de Fallas fue el mejor ejemplo. Tiene la doble nacionalidad española y francesa. Pasional por naturaleza, su vena francesa le viene de la bretaña y por ahí parece que gestiona el miedo de forma tranquila y natural.
No se corta en aclarar todas las cosas que le pasan a uno cuando afronta una tarde como la de hoy. Hace una semana nos decía: "Claro que se nota: comes menos, estás mucho más nervioso, vas mucho más al baño, le das muchas vueltas a la cabeza, te sudan las manos... pero es bonito sentir todo eso".
Comentamos la entrevista de Buenafuente a Talavante. Le gustó. Y por ahí reivindica la personalidad: "el torero no tiene que estar repeinado, llevar el pantalón por el ombligo y el citurón de España; aquí cada uno es como es y el toreo es muy grande y muy amplio y cada uno lo siente de una forma y no hay que tratar de imitar a nadie". Él mismo viene de un ámbito no taurino y ha conseguido ganar el respeto de sus amigos hacia el toreo.
También charlamos de matices técnicos con Román. Al toreo del salón y a la técnica le dedica muchas horas, pero sabe que lo que más llega al público es la puesta en escena. Y cuando le preguntas por el temple lo define así: "Es complicado, el poner andar a un toro es complicado pero no imposible; cuando te deja uno hacerlo... Eso es el toreo".
Que surja hoy.
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