JE SUIS TAURINO
El rito de la corrida representa un ejemplo absoluto en la dialéctica extrema de Eros y Tánatos. La creatividad proviene de la muerte. De asomarse a ella. Y de mecerla, como hizo José Tomás, ya digo, en Jerez, sublimando por naturales una experiencia catártica, colectiva, que hizo a los espectadores trascender, cuando no levitar.
(...)
Que los toros sean "incomprensibles" representa su mayor virtud. Y que pretendan abolirse desde la moral hipócrita heredada de Walt Disney contradice la devoción que los aficionados tenemos al toro en esa dimensión totémica y propiciatoria.
La corrida no es anacrónica, sino atemporal. Y la tauromaquia carece de ideología, pero semejante evidencia no le ha prevenido de exponerse a los vaivenes del interés político. Para defenderla, como hace el PP en su noción patriótico-identitaria. Y para atacarla, como sucede ahora desde los presupuestos neofranciscanos de la progresía.
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