Miguelito con el ensabanado que hizo cuarto | Foto :: Jesús Camacho
Montoliu preside el cartel de Fallas porque hace 25 años alcanzó la mayor gloria del toreo: dar su vida por el toro. Un valenciano de Campanar, Miguel Senent 'Miguelito, es el encargado de abrir un ciclo que nos llevará hasta el día de la cremà. Y con el torero, medio barrio en los tendidos. Excelente entrada para empezar y para ser una sin picadores. Además, seis erales como seis sueños con el hierro Jovani, que pastan en Sant Mateu, comarca del Maestrazgo, una de las cunas del toro en la Comunitat Valenciana. A la feria de Fallas no le hacen falta las excusas. Pero es que el toreo está impregnado en la sociedad, en nuestra vida. Y por si alguien quiera hacer que no se entera o pasa del tema. Bien. Da igual, aquí estamos para decirlo. Bienvenidos a las Feria de Fallas.
Un honor para los chavales abrir feria. Por ejemplo: Cómo sería la víspera de ese Miguelito pensando en el debut en su plaza y el vestido de torear esperando en la silla de su habitación. Un sueño, un proyecto por delante. Y el peso de abrir tarde, feria, temporada, todo.
La tarde al final no tuvo triunfo. Pero tuvo sabor, el futuro se escribió entrelíneas. La eralada de Jovani, agradable y arreglada por delante, se trajinó sin excesivas complicaciones. Con la nobleza por bandera, le faltó a veces mayor fondo, pero el caso es que hasta el más aquerenciado tuvo sus treinta muletazos por abajo. Y los dos últimos de la tarde, algo más cuajados, sacaron la punta de raza que pone a cualquiera a cavilar.
Miguelito fue a más. Levantó la tarde con toda la responsabilidad que acumulaba. A su primero le faltó una punta de clase dentro de la bondad. Se fue templando conforme se sacudió los nervios propios. Y para eso hizo falta algún desarme y todo. Así, se reunió más y mejor con 'Ratero' en el último tramo y dejó una casi entera efectiva para al final dar una vuelta al ruedo tras petición insuficiente.
Con el guapísimo ensabanado 'Rosquillo-87' todo se pintó mejor, como ese lance bien cuajado a la verónica por la mano zurda o la larga enrazada de rodillas para rematar el saludo. El proyecto de Miguelito se entendió. Aunque con lo de las banderillas se desempló y echó otro borrón -salvo en el tercer par-, le cogió muy buen el aire al novillo de Jovani con las telas. El inicio, de hinojos. Ligado en redondo. De pie: Descolgado de hombros y encajado en los medios. Dos series. Los del barrio felices. Y esa masedumbre gazapona que hacía hilo; un capote de más apareció en pleno hervor y al tal 'Rosquillo' ya nadie lo sacó de tablas. Ahí también Miguelito se expresó e incluso andó en torero. No fue de triunfo porque la espada se atascó, pero la sensación es que hay proyecto para echar a andar.
Ramón Serrano (ET Murcia) y Álvaro Passalacqua (ET Málaga) no cargaban con la presión de torear en casa. Y eso se nota. De capa en los primeros tercios el camino lo encontraron más despejado. Apuntaron gusto y variedad. Al rajado segundo Serrano lo sujeto con gusto. Y Passalacqua al desfondado pero noblón tercero le imprimió parsimonioso mimo. Ese toro lo había brindado a Fortes.
Entonces saltó el quinto, 'Ladrón-80', con la chispa que dan tres meses más de trapío que su hermanos. Y fue una maquinita de embestir que por momentos le vino grande al murciano que brindó a otro muerciano: el gran Pepín Liria. Dio una vuelta al ruedo Ramón Serrano.
Y el sexto, 'Robador-77', otro tanto con una arroba de más en todo. Un descuido capotero y una voltereta fuerte dejó a Passalacqua aturdido. La raza que sacó el novillo desbordó, sobre todo por la zurda. Por ahí se vino con todo hasta que se aburrió y vio las tablas. La tarde estaba echada Passalacqua pasó a la enfermería al finalizar el festejo. Las Fallas acaban de empezar. Bienvenidos.
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