Que la plaza de toros de Valencia necesita una buena mano de obra es evidente, y ya es noticia. Son las vigas de madera de las nayas, ladrillos caravista desprendidos, tejas; un edificio sucio y que sufre infinidad de actos. He visto -una lastima no haber llevado cámara- cómo la carpas que se plantan en el ruedo se sujetan con enorme hierros atravesados en los vomitorios, apoyándose contra la paredes típicamente enladrilladas del interior de la plaza.
He visto como el asiento número vecino a mi abono en la delantera de primera naya levantaba el piso al que se sujetaba. Y me sorprendía al ver cómo de los tejadillos, donde las banderas, crecían hierbajos. Fotografié el fenómeno y en la misma se aprecian los desperfectos en la cornisa que separa la primera de la segunda naya.
En la noticia enlazada arriba, de Las Provincias, se habla de que "la plaza de toros de Valencia continúa su deterioro arquitectónico pese a gozar de la máxima protección que otorga la conselleria de Cultura". Que los principales daños que presenta el edificio catalogado como Bien de Interés Cultural están en "el estado ruinoso de las cornisas de muchos balcones", "en la carcoma en parte de la madera de algunas vigas-que ya se encuentra podrida- y las humedades en unos urinarios que los aficionados califican de "lamentables e impropios" de una plaza de primera".
Es la propia Área de Asuntos Taurinos de la Diputació de València, propietaria del coso, la que confirma la situación y las quejas de los propios aficionados, que son los que de verdad denuncian la situación -probablemente a los que vayan el próximo 1o de abril a ver el Pressing Cath le dé igual. Pero al tiempo que afirman, desde Diputació también dicen que "de momento no hay partida presupuestaria para acometer reforma alguna".
Cuesta creer porque la Diputació de València está recibiendo religiosamente de la empresa que gestiona actualmente la plaza de toros de Valencia, Servicios Taurinos Serolo, un cánon al año de casi un millón de euros. Concretamente, 906.000 euros anuales más IVA.
Llama la atención que de 'ese pico', la plaza, el monumento no reciba pellizco bueno. Y sabemos que lo merece, que son más de 150 años de historia. Ya va siendo hora.
1 comentario:
Está claro a los políticos sólo les interesan los toros para sacar dinero y dejarse ver en el callejón.
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