La Maestranza volvió a ser escenario de un lamentable espectáculo. En dos días, Juan Pedro Domecq ofrecía sendos lotes colmaditos hasta las trancas de podredumbre y descastamiento. Con el visto bueno de las autoridades y los feriantes de postín, entre ellos Enrique Ponce, al que por su responsabilidad más duele verle metido en estos montajes, asumiéndolos como propios. Así no, Enrique. No por nada, sino porque no tiene perdón.
Foto de Arjona para plazadetorosdelamaestranza.com
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