Saldrá el primero al ruedo de Las Ventas. Algo así como el principio del fin de este San Isidro. Es Verecundo, número 107, nacido en diciembre 2003 y de 514 kilos. Es mi apuesta desde que lo ví en las fotos del campo. En el sorteo le ha correspondido a Antonio Ferrera, no a El Cid. Que se lidie un Verecundo por San Isidro viene siendo una tradición según nos cuenta Sánchez-López.
PD: De ayer, la corrida de Adolfo Martín nos supo a poco, lo que no significa que fuera una mala corrida, no. En todo San Isidro, creo que son bastantes más las que tiene por detrás y que han sido peores que por delante. Pero el día de ayer fue día de toreros, hechos y derechos. Tres torerazos: El Fundi dio una lección y probablemente se erigió como el más grande matador de toros en el escalafón actual; Urdiales estuvo templadísimo y torero y demostró capacidad para aguantar el tirón como el que se le viene por delante en una temporada más que seria: Madrid, Pamplona, Bilbao; y Talavante, en su particular talavantazo, despertó y se reveló como el torero que muchos esperaban. Su faena al sexto era de triunfo gordo, de dos orejas, vamos. La corrida la vi en un bar, con los amigos, y en el sexto berreramos el olé y aplaudimos y todo por segunda vez en toda la feria al otro lado de la pantalla. La espada, una pena porque lo tenía.
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