Debuté el pasado martes en Alicante. El debut, con la peor corrida del año y una plaza chabacana a más no poder, fue desastroso. Pero siempre de una tarde de toros se aprende algo. Aprendí que volveré en ocasiones contadas, por lo pronto dos días más esta feria porque ya tengo las entradas. Pero sobre todo descubrí que en la plaza de toros de Alicante los toros de verdad cuelgan de las paredes y que lo que sale al ruedo da asco como mínimo. Aquí la prueba.
Esto, con el hierro de José Luis Marca, salió al ruedo.
Y este, de los Verencundos de toda la vida de Victorino Martín, colgaba de la pared.
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