Andamos estos días locos con José Tomás. De su ética y su tauromaquia se ha escrito de todo y algunos textos muy brillantes. Unos a favor y otros en contra: el tío se la juega tarde sí, tarde también y a nadie deja indiferente, es la única verdad.
Con el suceso del pasado domingo en Las Ventas en boca de todos, nos plantamos a la mañana siguiente en la plaza de toros de Valencia con motivo de la presentación de la próxima Feria de Julio y descubrí otra forma de jugarse el tipo en el ruedo.
La presentación era en la bóveda del primer piso y mientras se ultimaban los detalles, tuvimos ocasiones de presenciar otro espectáculo en el ruedo no exento de riesgo: el desmontaje del escenario que había traído el papito Miguel Bosé.
Desde una de las bocanas que dan acceso a los tendidos altos de sol, el espectáculo era tal que no dudamos en pasar adelante y sentarnos un rato a observar mientras estudiábamos los carteles de julio.
Vale, como el pico en los toreros, estos operarios también utilizaban algún truco: llevaban arneses para sujetarse. Pero su faena, aun así, era de enorme riesgo.
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