09 junio 2008

yes, we can

En el pequeño mundo que me muevo, que puede llegar a ser muy grande, tres nombres han resonado día tras día en la última semana. Uno es José Tomás, el otro es Barack Obama y el otro no es persona sino un aparato que se llama iPhone.

Al pairo la crisis, la huelga de los transportistas, la bobez de ETA otra vez, el miedo -¿he dicho miedo?- a que se vacíen los supermercados o que el petróleo y el euribor suban sin parar. Ayer la semana concluía y la leía rebosante de ilusión y no es porque la selección española entre en juego en la Eurocopa en pocas horas; el resultado de los chicos de Aragonés también podría haber entrado en la frase anterior, la que comenzaba como acaba el párrafo: al pairo.

José Tomás ponía en boga y en las portadas la centenaria fiesta de los toros que tanto me apasiona y aunque sé que no sólo de José Tomás se alimenta el aficionado, el acontencimiento era como para darnos la enhorabuena observando de forma cariñosa a todos los advenedizos y en su mayoría legos en la materia arrastrados por el de Galapagar.

La figura de Obama, el apoyo recibido por la derrotada Clinton, su color de piel, su historia personal, su mensaje de esperanza y su grito -yes, we can- acaparaba ríos de tinta contagiados todos por una enorme ilusión. Era otro motivo de enhorabuena o así nos llegaba. Barack Obama está ya preparado para el cuerpo a cuerpo con John McCain que decidirán los siempre sorprendentes votantes de los Estados Unidos de América.

Por último, el desembarco del iPhone se hacía oficial. Muchos van frotándose las manos porque tienen previsto a partir del 11 de julio ser un poco más felices, bastante más, creo, por el revuelo que se ha montado. Es otro motivo de enhorabuena, el iPhone hace de todo y tenerlo debe molar.

PD: Por cierto, si decimos ríos de tinta, cuál sería la expresión aplicable a la red. No sé.

1 comentario:

Brigitte dijo...

¿Alguien ha reflexionado sobre por qué son tan sospechosamente parecidos el lema de Obama y el de cuatro con la eurocopa?