Michelito es el nuevo niño torero. Tiene 11 años y él sólo toreó el pasado sábado seis erales en la plaza mexicana de Mérida. Ha entrado en el Guiness y ha sido noticia (ayer) hasta en el diario Público. Roberto Enríquez en su crítica televisiva de la contraportada del periódico recogía que Informativos Telecinco se hacía eco de la noticia, según su consideración, por simple morbo. Y lo hacía sin reparar que la información taurina televisiva en la mayoría de las ocasiones está guiada por ese extraña y lamentable sensación tan humana. Aunque luego el tal Michelito Lagravere mostrase sus cositas, cierto gusto y empaque.
Personalmente estos espectáculos y casos de niños-toreros (que despiertan el mismo morbo que ternura) no me gustan, aunque sólo por la polémica innecesaria que se crea. Ahora, me parece igual de bien que Michelito meneje la muleta a los 11 con la misma destreza que Nadal a esa edad manejaba la raqueta o Alonso conducía un kart.
Daniel en su Rincón Taurino malagueño advierte ¡Cuidado con Michelito! Y en Sol y Moscas han tenido un, cuanto menos, extraño sueño.
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