25 marzo 2009
el aborto no es ningún vicio
La iglesia católica, apostólica y romana en España --y en el resto del mundo-- hace tiempo que no se entera, pero ella sigue educando, sigue bautizando, casando y enterrando y quiere seguir teniendo voz en plena democracia como antes en la dictadura, cuando siempre tenía reservado un hueco en cada foto y nada se inauguraba sin su bendición.
Quien peor lo lleva es la cúpula de la Conferencia Episcopal. Hace no mucho patalearon por los matrimonios hosmoexuales. Se escandalizaron. Salieron a la calle. Y luego no pasó nada. Ellos siguen casando tantas parejas heterosexuales como luego se divorcian, pero siguen sin enterarse de que lo que Dios unió hace tiempo que el hombre y la mujer lo separan cuando les viene en gana y ante los tribunales.
Y así, ahora con la reforma de la ley del aborto. Piensan y quieren hacer creer que en este país se aborta por vicio. Y no, el aborto no es ningún vicio. El aborto es uno de los derechos más dramáticos y desagradables de los que puede gozar una persona en sociedad laica, moderna y democrática. Es una de las decisiones más drásticas y dolorosas por las que optar, y por ello nadie se jacta de coleccionar abortos. Más bien todo lo contrario. Y que si se llega al punto en el que el aborto es la única solución, el problema es responsabilidad de todos y también de la Iglesia por la cuota de poder que tuvo y sigue teniendo.
Pero los señores de la sotana van a la suya y han vuelto a demostrar que no se enteran, que no son ningunos linces, y que su reino, evidentemente, sigue sin ser de este mundo. O mejor dicho, de esta sociedad.
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