Tal vez, la mayor aportación de Estebán González Pons a la política en general y al ideario político del PP en particular fue aquel mensaje que acuñó en la campaña de las pasadas elecciones generales de mayo de 2008 y que decía que lo suyo era 'una política de camisa blanca'. El único contenido de peso de aquel lema consistía en lucir una camisa color blanco, metaforicamente inmaculado, intentar sonreir y nada más.
Ahora ya estamos en la campaña de las elecciones europeas. Son unos comicios sobre los que se tiene la impresión generalizada de que el personal se los toman un poco a chufla. Tanto los políticos como electores. No dejan de buscarse excusas. Si se trata del más duro examen para Zapatero, si un castigo para su gobierno por lo de la crisis, si el refrendo de la honestidad de Camps, si su definitiva tumba política y que si muchas más cosas. Se habla de todo. De todo menos del Viejo Continente.
No debe interesar mucho esa gran idea que es Europa. Lo veo en la cara de los dos candidatos de PP y PSOE --y perdón por el bipartidismo--, pero no creo que vayan a ir más allá esta campaña. López Aguilar a lo mejor le pone un poco más de enfasis, pero será siempre forzado y contagiado de una cierta obamamanía que ya huele. De Mayor Oreja, más que aburrido de Bruselas, poca ilusión puede esperarse. La campaña se la harán otros, Aznar entre ellos. Así que, con poco que decir, lo de la camisa blanca, su metáfora y su más simple y absoluta nada va a ser lo mejor para estas dos semanas. El PP ya la ha recuperado en un momento en el que el traje empieza a darle calor. Lo ha hecho en Alicante, para aprovechar bien su luz. En el PSOE deben estar a punto de sacarla del armario.
Y luego, lo peor, es que unos y otros se las dan de demócratas, europeos y que nosotros al pasar por las urnas no lo creemos también.
AÑADIDO 17:36.- Enric González viene a decir hoy en su columna que esto es juego de Mínimos. Dice: "¿Alguien tiene un plan interesante? No, ¿verdad? En ese caso, sólo quedan dos opciones propagandísticas: la sonrisa o el gruñido."
Foto :: Carles Francesc para El País
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