08 julio 2009
serolo y la diputación de valencia acercan posturas
Podría decirse que Serolo y la Diputación de Valencia acercan posturas. Si la presentación de la Feria de Julio despertó varias incógnitas y dejó la incertidumbre sobre la posible concesión del último año de prórroga, la reunión de ayer entre los miembros de Servicios Taurinos Serolo, el presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, y el diputado de Asuntos Taurino, Isidro Prieto, permite ver esta relación como más cercana.
Lo que se trato en la reunión, según informa Serolo mediante una nota de prensa, fueron sobre todo los plazos para las polémicas obras a las que se verá sometida la plaza de toros de Valencia. Sebastián Rodríguez afirma que "el presidente nos ha pedido plaza de cara a que podamos asumir los nuevos proyectos que la institución prevé acometer en la Plaza" y que se siente convecido de que cumplirán los cinco años contemplados en el pliego de condiciones: "es el periodo para el cual invertimos desde que asumimos, hace cuatro años, la gestión del coso".
Siempre según la empresa Serolo SL, la reunión se celebró "bajo la máxima cordialidad, con afán de colaborar y con la predisposición por ambas partes de seguir por la línea" que les ha unido en esto cuatro años. Y según Serolo también, Rus "ha demostrado su voluntad de concedernos la segunda prórroga una vez que se aprueben definitivamente todos los proyectos previstos en la plaza de toros, pero que es algo que urge saber" cuanto antes para preparar con tiempo la próxima Feria de Fallas de 2010.
Tranquiliza ver que existe cordialidad entre ambas partes, pero no deja de preocupar el conjunto de obras que se quieren emprender en el coso de 150 años de historia, desde la ocurrente cubierta hinchable a la remodelación de tendidos y naya.
Al parecer, Diputación de Valencia y concretamente su presidente, Alfonso Rus, tienen cierta prisa y desearían que todo estuviese listo para marzo de 2010 y la Feria de Fallas. Pero lo cierto es que el proyecto definitivo no se ha presentado oficialmente a la dirección general de Patrimonio para que dé el visto bueno a las obras por tratarse la plaza de toros de un Bien de Interés Cultural. Así, por ahora el desconocimiento es total y eso lo único que alimenta es la más absoluta falta de consenco entre políticos, sociedad y, concretamente, entre los usuarios habituales del coso, los aficionados.
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