Ahí va un fragmento certero como siempre:
"Desde que los periodistas son prescindibles y los políticos envían sus mensajes directamente al televisor, como los malos de las películas de James Bond, hemos comprobado que nadie manipulaba ni exageraba nada. Resulta que son así. Aparecen en pantalla, sueltan su amenaza, y se disuelven en el éter.
De Camps me extraña menos. Da el tipo. Pero María Dolores de Cospedal, la secretaria general del PP, me parecía otra cosa. De hecho, sigue pareciéndomelo. ¿Cómo se le ocurre enviar a los medios esas declaraciones tan cutres? No lo digo porque mezclara los presuntos trajes de Camps con la lucha contra el terrorismo, que ya son ganas, sino por cuestiones puramente formales: hasta los asesinos de Al-Qaeda producen videomensajes mejor facturados.
No pido que volvamos a la intermediación del periodista. Me conformaría con que los políticos se concentraran en lo suyo, en insultar al rival y a nuestra inteligencia, y no quisieran además dañarnos la vista."
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