30 septiembre 2009

camps no se atreve a tirar de la cadena


Camps y Costa ayer en Les Corts. Foto :: Reuters, vía Levante-EMV

Francisco Camps no se atreve a tirar de la cadena, que es lo que le ordenan ya hasta desde la madrileña calle Génova. Y no se atreve porque la corriente también le arrastraría a él y porque debe imaginarse cómo sería su futuro lejos de los boatos en los que está acostumbrado a moverse. Porque para un político que en su vida no ha sabido ser otra cosa más que político debe ser muy duro asumir una realidad tan cruda y evidente como la que cantan las portadas de los periódicos estos días. Asumir ante la opinión pública el pensamiento que se le returce en el interior, mientras fuerza su rictus afilado en un aquí no pasa nada de cara a la galería, debe suponer el más profundo de los ridículos que pueda imaginar uno a quien por cargo solamente ya se le supone la honaribilidad, y no por otra cosa.

Pero mientras todo sucede y aparentemente pasa, tal vez por fe cristiana y a la espera de un milagro que arregle este desaguisado llamado Gürtel, ahí quedan los aturdidos (mediáticamente) valencianos soportándolo todo.

Y por lo leído (en Diferència i Repetició o en Testigo Accidental, por ejemplo) sobre lo ocurrido ayer en Les Corts con motivo del debate sobre el estado de la Comunitat, su presidente, Francisco Camps, volvió a callar, a otorgar, y a fantasear, que --esto último-- es más lo suyo. Por mi parte tuve la suerte de no tener que soportar la enésima degradación política y democrática perpetrada por el absurdo estoicismo del gobierno del Partido Popular valenciano. Será porque me aburren en grado superlativo los aires de superioridad de sus dirigentes, el ínfimo nivel del principal partido de la oposición, el PSPV, y porque ya, sobre todo, uno ni tiene humor ni estomago para presenciar la enésima representación de la farsa en que se ha convertido la política valenciana.

Porque los hilos que tejían cuatro miserables trajes han destapado una trama corrupta que se mide en varios millones de euros, que hablan de financiación ilegal y que, ya de paso, han demostrado la debilidad de la justicia ante los que son mucho más que amigos. Pero pese a todo, con evidentes señas de manipulación, los populares seguirán vanagloriándose de las mayorías absolutas que han ido acumulando comicio tras comicio hasta dejarnos con esta democracia podrida.

PS: Hoy, segundo día del debate, el presidente Camps se ha pemitido el lujo de no aparecer por Les Corts.

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