05 noviembre 2009

no es la economía, es el fútbol (¡estúpidos!)



No me gusta hablar de fútbol en el blog. Pero es que la Liga de Fútbol Profesional amenaza con ir a la huelga si sale adelante la propuesta del Gobierno de subir, a partir de 2010 y sin carácter retroactivo, del 24 al 43% la tributación de los profesionales que se desplacen a España y que cobren 600.000 euros o más. La situación no deja de ser puro cachondeo sobre todo porque la norma conocida como Ley Beckham se creó allá por 2006 para atraer a este país de risa y a sus empresas a auténticos cerebros en las más sofisticadas materias.

Evidentemente, no dio resultado, pero los florentinos de turno vieron un filón para nutrir la galaxia futbolística y de paso su propio negocio. Y así, mientras el I+D tira --cada vez más-- con unas cuantas (pocas) migajas, los magnates futboleros tirán de billetera --y préstamos sonrojantes-- con descaro para atraer a los cracks de turno, que deben saber que jugar aquí al fútbol es un auténtico chollo.

Pero con esta pataleta de los dueños de la LFP lo que se puede deducir es que la llamada Liga de las Estrellas (también conocida como Liga BBVA) tiene trampa. Mientras no parán de llegar los Cristianos Ronaldos, Kakás e Ibrahimovics en plenitud y tributando un pírrico 24%, cuando los nacionales sí que sueltan el 43%, en la liga de Grecia, plácido asilo para los vejestorios de la pelota, lo que tributan los Rivaldo o Roberto Carlos, que han dado con sus huesos por allá en el ocaso de sus carrera, al fisco heleno es un ridículo 20%. Entonces, ¿qué temen, que el circo futbolero de aquí se convierta en la Liga de los Dinosaurios y pierda glamour?

Acabáramos. La grandes ligas europeas --Inglaterra, Alemania, Francia-- juegan con desventaja ante hacienda y al parecer no pasa nada. Pero está claro, aquí el fútbol está por encima de la economía, ¡estúpidos! (con perdón). El efecto Alcorcón fue un aislado error del sistema, querrán hacernos pensar a estas alturas.

Y que todo está tan bien montado que si el Gobierno sube lo que tributan las estrellas esto se desmoronará como un castillo de naipes, y por eso amenazan con la huelga. Que no será porque los equipos viven permisivamente endeudados hasta las trancas a lo mejor. O porque quienes de verdad deberían plantearse en serio la huelga son los aficionados futboleros de a pie. Esos que, aunque caigan chuzos de punta, renuevan su abono, compran acciones del club de su alma o se gastan los cuartos en según qué plataforma televisiva retrasmita más partidos a la semana como verdaderos borreguitos, mientrassufren en silencio los azotes de la crisis, hacen malabares para llegar a fin de mes con mil euros, coleccionan hipotecas y lloran de banco en banco un nuevo crédito que les permita respirar al tiempo que ven las facilidades con que bancos, gobiernos y ayuntamientos se vuelcan para que el negocio de la pelota no se deshinche, y el pato que lo sigan pagando los de siempre, sin huelgas ni barricadas. Seremos estúpidos...

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