Con la que está cayendo alguien ya hace tiempo que debería haber dado el primer paso mientras nuestros representantes políticos democráticamente elgidos --a qué mala hora-- a ambos lados de la bancada no pasan de la mera verborrea. Esta crisis financiera tiene una solución desconocida, y si la tiene --¡el cambio de modelo productivo!-- no interesa. Y así, pasa el tiempo y nadie tiene nada interesante que ofrecer ni aquí ni en Sebastopol. ¿O sí?
Y por fin alguien, con algo razonable que reclamar salió a la calle a dar un aviso. Aunque dentro de unos años que a nadie le extrañe si le toca pringar hasta los 67 y más allá.
Para ser martes, 23-F, lluvioso y raro, la convocatoria en València no estuvo del todo mal y CC OO aprovechó para tirar la casa por la ventana en banderitas.
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