20 marzo 2010

feria de fallas 2010/ juan del álamo causa impresión con la buena novillada de fuente ymbro



20 de marzo de 2010, matinal. Feria de Fallas. Novillos de Fuente Ymbro para Juan Pablo Sánchez, Carlos Durán y Juan del Álamo. Un cuarto de entrada.

La novillada Fuente Ymbro no defraudó. Apúntense los aficionados de buena voluntad un tanto a su favor. Juan del Álamo supuso el reencuentro con toreo. Pueden apuntarse otro. Dos tantos en una matinal, tal y como venían sucediéndose las cosas, no está nada mal, la verdad.

Con que poco se puede conformar alguien que ama y respeta la fiesta. Unos cuantos novillos embistiendo y un novillero de raza capaz de hacer el toreo.

La novillada de Ricardo Gallardo, que no fue ninguna barbaridad, más bien pobre de cabezas, pero hechurada, con uno --el quinto-- que destacaba por volúmen por encima del resto, tuvo comportamiento agradecido y capacidad de venirse a más cuando se les hacían bien las cosas.

Le podría haber pasado eso al primero, pero no tuvo suerte. El mexicano Juan Pablo Sánchez, que es la última apuesta de los Lozano y por eso aquí estaba media familia, se puso muy encima y ahogó la embestida. Y encimista volvió a estar con el cuarto, novillo más reservón y aquerenciado que brindó a Luisma Lozano por si había alguna duda de a quién a confiado su carrera, y por tanto abusar de las cortas distancias voló por los aires y cayó de mala manera de cabeza. Tendrán que las pocas veces que se encuentre animales con casta, lo mejor es darles distancias.

El valenciano Carlos Durán estuvo aseado. Demasiado pulcro y correcto para tratarse de un novillero que llegaba a las Fallas con toda la ilusión a cubrir el hueco dejado por el lesionado Juan Cervera.

Durán cortó una oreja, sí. Pero debió echarle más sal al guiso. Al primero por lo menos, que embestía cierto temple y con la cara por abajo. Pero no pasó de demostrar gusto, además de la inevitable falta de rodaje.

Con el quinto, pese a ser más complicado, Durán estuvo mejor. Más asentado y tragando con una embestida que andaba por las nubes, la del novillo más grande de los seis, y que medía en exceso y gazapeaba por vicio. Con oportunos toques, aunque luego los muletazos no le salieran del todo limpios. Añadió el circular, mató de estocada desprendida, se le pidió de forma generosa una oreja que le fue concedida. Ni que decir que estaba la mar de feliz.

Pero la matinal fue sin duda para el salmantino Juan del Álamo, que es en estos momento el más firme valor del escalafón novilleril. Tiene personalidad y un gusto especial para hacer el toreo con verdad. Además, mucho temple. En redondo cuajó al primero en los medios. No era toro fácil por su falta de fuerzas. Pero Del Álamo destapó sus virtudes y las aprovechó para cuajar faena.

Y causó impresión, que es lo que sucede cuando un novillero se encaja de riñones, templa y manda con gusto, empaque y largura, y además sus formas se antojan diferentes y personalísimas. Del Álamo tiene algo. Por si quedaba alguna duda, las sensaciones volvieron a repetirse en el sexto, que tras ser pésimamente lidiado por su cuadrilla, haber derribado en varas y ser masacrado en la siguiente, quedó por destapar. Del Álamo fue el único capaz de aportar cordura cuando tomó la muleta hasta que de nuevo surgió el toreo. Lo menos bueno de su actuación fue la espada ya que por culpa de su mal uso perdió la puerta grande.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Pero toreo alguien mas con juan del alamo?