21 julio 2010

¿es la plaza de toros de valència o una verbena?

Ayer la faena de Arturo Saldívar se premió con dos excesivas orejas. Con una el sabor habría sido el justo y todos habrían quedado más que satisfechos. Pero claro, el palco presidencial de València no sería el de València si lo suyo no fuese el orejismo a espuertas y triunfalismo gratuito.

Saldívar hizo el toreo, bordó por momentos el natural, estuvo inspirado y torero, pero su faena fue de más a menos y mató de una estocada desprendida. Una oreja era más que merecida, las dos un exceso. Pero ayer, quede claro, si hubo alguien de los que participó en el festejo que estuvo bien de verdad, ese fue el mexicano Arturo Saldívar.

Lo peor, todavía, vino después cuando al novillo se le premió con una póstuma vuelta al ruedo. Un novillo que se va a por su cuenta a que lo piquen en el caballo que guarda la puerta y luego se nos pone a embestir pastueño y noblón, ¿y lo premiamos con la vuelta al ruedo? ¿Qué pasa aquí? ¿Tanto hemos rebajado el listón? El novillo, buen novillo, noble en exceso, de nombre 'Bordador' hizo lo mínimo que se le puede pedir a un animal bravo, embistir, y simplemente es lo que hizo, pero de ahí a merecerse el premio de la vuelta al ruedo le faltaron un buen puñado de virtudes o las que tuvo, al menos, en un grado mucho mayor.

Porque no acabamos de entender la actitud triunfalista del palco a la mínima que tiene posibilidades, es necesario preguntarse: ¿A quién defiende la autoridad? O mejor: ¿La autoridad tiene la más mínima idea del puesto que ocupa o simplemente está al servicio del buen negocio?

Y para rematar la tómbola valenciana por julio, la banda de la Cruz Roja durante la vuelta al ruedo al novillo, decidió atacar con el '¡Qué viva a España!', que esta feria ya ha sonado de cuatro a cinco veces.

Servidor, hasta estos días, nunca había escuchado dicha pieza en una plaza de toros y no acaba de entender tanta repetición: ¿Qué se pretende con ello? ¿Dar ambiente verbenero para ver si algún indocumentado se engacha a la juerga de este espectáculo, que debería ser una cosa seria? ¿Estirar la euforia del triunfo de la selección española? ¿Tienen algo que ver las banderitas españolas que ayer lucían en las taquillas? ¿O se quiere convertir de una vez por todas a la plaza de toros de València en un plaza de talanqueras ahora que van a empezar las obras?

Hoy vienen las figuras en formato sandwich mixto: Hermoso de Mendoza, Enrique Ponce y Sebastián Castella. Para la lidia a pie, cuatro de Victoriano del Río que ya vimos en la desencajonada. Por cierto, ayer nos comentaban que la de Daniel Ruiz ya había sido rechazada por completo. Eso sería indicación de que a la plaza de toros de València todavía le queda algo de seriedad.

2 comentarios:

Amparo Gomar dijo...

Jajajaja, me encanta eso de sandwich mixto...
Lo de la Banda, ya no tiene nombre, pa flipar.
Ayer Maestro y yo estuvimos a punto de bailar el pasodoble en el tendido... Eso si que hubiera sido un espectáculo

Anónimo dijo...

Las corridas de toros son cuestionables, por supuesto. Lo que no es cuestionable es lo bueno que está el torero Manzanares posando en Nueva York

http://bit.ly/cK5Kkj

Ay omá qué rico!