No, ¡qué va!
Ni futuro tampoco, ¿verdad?
Va, ya vale de compadecernos. De lloriquear y de tener que soportar la falta de
moral ética de los taurinos. Todo es cuestión de pedagogía de las emociones, la verdad y el respeto. Es decir, explicar imágenes como éstas. Porque... ¿Quién es el centro de la multitud de arriba, sino el toro? ¿O es que el chaval que empuja el carretón y hace de toro es menos que el resto que juegan con él?
No hay comentarios:
Publicar un comentario