30 diciembre 2010

el toro de egipto: por el nilo, de abu simbel a alejandria



Cuando voy de viaje soy de echar muchas fotos. Otra cosa es que alguna me salgan bien. Las suelo disparar a discreción, pero hay veces en las que me salen temáticas. Como aquella noche en París en la que me sorprendió ver a demasiados sintecho durmiendo en la calle. O como casi siempre, series temáticas de dos tipos: de retratos (primeros planos, normalmente, de los que me acompañan, si es que hay grupo); y 'taurinas'.

Lo taurino siempre se acaba cruzando en el camino de los aficionados. Me pasó, por ejemplo, en Nápoles, y busqué también cualquier referencia en Londres, adonde vuelvo mañana para pasar unos días.

Pero antes de empezar un nuevo viaje hay que finiquitar el último, a Egipto, del cual todavía me queda pendiente un post, este: El toro del Nilo, de Abu Simbel a Alejandría.

El toro, mito, símbolo y necesidad. En Abu Simbel...



Pastando junto al Nilo, algún pariente lejano de escasa casta y feas hechuras...




En Edfú, hombre con cabeza de toro...



O en Luxor, el típico altote y de escaso trapío...



O uno, cerca de la avenida de las esfinges que recientemente ha sido noticia por nuevos hallazgos...,



ya más serio y cuajado...



En El Cairo, concretamente en el bazar Khan El Khalili, complicado va a ser no encontrar cualquier cosa aunque sea por pura casualidad. Aunque este cuadro llama soberanamente la atención entre tanto típico souvenir egipcio, ¿o no?



De El Cairo fuimos a Alejandría. Entrando a la ciudad, una furgoneta que llevaba a dos bueyes al matadero.



Y Apis, dios, en postal y todo para el recuerdo.



Y en la impresionante (y moderna) biblioteca de Alejandría







donde es aconsejable perderse si hay tiempo,





y buscar...



porque seguro que acaba por aparecer alguna cosa. ¿Nos conformamos con Lorca, la Generación del 27 o Miguel Hernández como referentes de la cultura y la literatura con estrecha relación con la tauromaquia?



¿Pero y en la pirámides no hay toros o qué pasa? Pues no, aparentemente (y por fuera), no. Pero como uno es previsor, pues los reivindicó. Junto a las Pirámides de Giza fue un servidor quien dejo toros sí.



PS: Feliz 2011!

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