La charla transcurrió entre risas. Antes, en uno de los pocos momentos de seriedad que hubo apuntó Aparicio: "Antes el toro embestía mucho, ahora no embiste nada". No lo achacó a problemas de peso, no. Aparicio al parecer lo tiene bien claro y es que si el toro actual no embiste es porque "no hay bravura". Así de simple. Acto seguido el coloquio se llevó por territorios más amables y Aparicio y Litri empezaron a rememorar anécdotas.
Julio Aparicio se encargo de recordar cuándo se conocieron. Desde aquel momento --alternativa incluida-- ya serían inseparables tanto dentro como fuera de los ruedos. Su trayectoría de novilleros transcurrió a la par. Muchas tardes y muchos viajes juntos les dieron oportunidad de conocerse y pasar infinidad de historias, como la de aquel empacho de sandía de Litri en Murcia.
Miguel Báez explicó su carrera, marcada por sus idas y venidas. Se atoraba, dice, descansaba unos años y así hasta que se casó que es, según él, "lo mejor que he hecho" en su vida.
La presencia del maestro de Albacete Pedro Martínez 'Pedrés' tenía un doble motivo. Su alternativa fue en València de manos de Litri en 1952 y su estrecha relación con los comienzos de Vicente Ruiz 'El Soro', que fue quien de verdad se emocionó al final del coloquio.
La charla fue breve. El maestro Pedrés llegaba convaleciente de un reciente porrazo y nos quedamos con ganas de conocer más al ganadero del que tan buenos recuerdos guardamos.
Al final, lo que sucede con estos actos es que la reflexión no suele se lo habitual y así una temporada tras otra los errores se repiten y cuando suena alguna voz discordante, pues como si no se hubiese escuchado. Conocer la historia, el pasado debería servir para algo más, sobre todo ahora que de cara al futuro hay que ir con pies de plomo...
Ahí van un par de fotos de las mesas de cada día en la Casa de Cultura de Foios.

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