No suele suceder, pero por una vez y sin que sirva de precedente todos parecen estar de acuerdo con el resultado del mano a mano entre Juan del Álamo y Víctor Barrio con el que se inició ayer la feria de Valdemorillo y prácticamente también la temporada.
Víctor Barrio se impuso ayer. Cortó cinco orejas y se lo llevaron a hombros por la puerta grande. Arrasó. Por lo visto, el toreo le brota con naturalidad y gusto, muy vertical, sin exageraciones, con la mano muy por abajo, con temple y sin aspavientos. Con la capa se maneja con soltura y además se permite licencias propias de los novilleros. Empieza fuerte, sin duda. Con su triunfo están todos de acuerdo.
Lo mismo que con la tarde de Juan del Álamo. Un borrón tras otro y un par de pinceladas que le sirvieron para cortar una orejita es demasiado poco balance, pero insuficiente para condenar ya de primeras al novillero que durante dos temporadas ha mantenido encendida una de las ilusiones más fuertes de un escalafón novilleril del que ya tiene fecha de despedida. Tras el mano a mano a Del Álamo le han tirado a dar, y tampoco es eso.
La novillada de José Cruz, vía Daniel Ruiz, justa, noble y floja, según Adolfo Campos que nos ha contado la tarde en el blog División de Opiniones.
PS: Por València pasan los dos. Del Álamo en fallas y el segoviano (!) Víctor Barrio por mayo.
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