En
este punto son claves los estudios de Juan Medina, profesor de Teoría
Económica en la Universidad de Extremadura y además activista taurino
desde las redes, y de Vicente Royuela, profesor de Econometría,
Estadística y Economía Española en la Universitat de Barcelona. La
riqueza que genera la Fiesta viene a sumar en un argumentario en el que
ya se tiene que destacar la diversidad de una industria dotada de una
singularidad única, de una alta actividad productiva, generadora de
empleo y de múltiples sinergias con otros sectores productivos y que,
sin duda, es necesario potenciar.
Una
nueva cultura sustentada en la gestión del conocimiento de la industria
taurina es posible. "Debe ser un compromiso de todos por la gestión de
la fiesta a través de instrumentos eficientes que aporten y refuercen su
valor y con el objetivo de generar, gestionar, compartir, transferir y
difundir conocimiento, reconocimiento y productividad". En definitiva,
ser capaces de dominar los sucesos para ganar el futuro. En eso consiste
la gestión del conocimiento de la que la deslavazada industria taurina
ha carecido. El camino es largo. Hay que trazar un plan, echarle valor y
sobre todo hacer. Y entretanto, seguir aprendiendo. ¿No es el momento
de crear la Academia de las Artes y Cultura de la Tauromaquia?
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