22 junio 2013

fogueres 2013/ indulto de un novillo de fuente ymbro y borrachera de toreo de román

Cuando se provocó el indulto de 'Sacacuartos', número 201, con 442 kilos según la báscula, la novillada que había inaugurado la Fira de Fogueres 2013 ya por entonces había disparado fuego a discreción y la plaza de toros de Alicante había contemplado excusas suficientes como para encenderse cual hoguera de pasión. Más que nada por un Román que abría plaza al tiempo que debutaba en la millor terreta del món y sin más se permetía emborracharse de toreo con una suficiencia insultante y casi sin darse tregua. O luego ese indulto, ese novillo, con el que le tocó la lotería al local Borja Álvarez, que se fue por la puerta grande junto a Román.

 
Foto :: Vigueras (Aplausos)

Lo que sucedió fue en parte gracias a una novillada de Fuente Ymbro de nota, con tres novillos de lío, y ocurrió pese a un palco que desmostró ineptitud y afán de protagonismo a partes iguales. Si a Román le robó la segunda oreja ganada a ley de su primero, luego casi que le regaló la oreja del cuarto, y al tercero lo acabó echando a los corrales manejando la lidia a su antojo desde el palco y dejando en evidencia su falta de criterio, para después entregarse al paripé orquestado desde el callejón y que acabó por provocar el indulto del excelente 'Sacacuartos'. Por cierto, era el mismo presidente al que Morante el año pasado le lanzó unas gafas.

Román fue por delante del público, del palco y de todos. De primeras, el quite que se marcó, echándose de un lance el capote a la espalda, las gaoneras firmes y ajustadas, el remate y la larga rodillas en tierra fue de impacto, pero demasiado para un público que todavía no había pillado cacho. Novillo bueno, noble, de pitón derecho algo suelto y un izquierdo de nota. Román se ajustó al inició, tragó el derecho, lo ahormó a los vuelos y con la zurda que vale un potosí ligó los naturales, y más que eso: los telegrafió. Esa facilidad que tiene de templar a izquierdas, de rematar y de dejar la tela donde volver a traerse la embestida ayuda a paladear cada natural antes de que empiece.

Román se emborrachó literalmente de toreo en una faena que fue a más hasta que exprimido el toro acabó por rajarse. Faena maciza, inspirada, repleta de detalles --poncina incluida rematada de soberbio cambio de mano--, y arrollando, como debe ir un novillero: al intentar una arrucina llegó la voltereta y luego al lograr un estocadón que dejó al animal sin puntilla, otro volteretón. Era de dos orejas cantadas a clamor. Pero el del palco, que no ve según Morante, quedó por detrás, concedió solo una y llegó tres toros después a reconocer el triunfo de un Román que anda por el futuro.

El triunfo lo afianzó de arrimón con un cuarto áspero, rajado y con genio, que desmontó al picador de primeras y derribó al segundo encuentro. No volvió la cara y se impuso en terrenos comprometidos, y pese a matarlo de bajonazo, se le concedió la oreja que le habían birlado del faenón al primero.

Luego vino el suceso de la tarde con el indulto del castaño oscuro 'Sacacuartos', que cantó muy prontó sus excelentes condiciones. Borja Álvarez demostró firmeza de plantas y capacidad para templar y conducir embestidas y acusó un exceso de velocidad de más y falta de forma estética a la hora de hacer el toreo. Pero con lo primero tuvo más que sificiente para disfrutar del premio gordo de un novillo de tranco excelente y temple especial, prácticamente desde salida. De tercio de varas discreto, la duración del animal, y sobre todo sus forma de embestir humillada permitió a Borja Álvarez incluso abandonarse. Faltó mando por el izquierdo, por donde se coló.  Pero sobre la mano derecha los muletazos fueron cientos. Le faltó concreción en los remates. Cada tanda la cerraba con de tres a cuatro remates, lo que restaba claramente palmas y esa ebullición necesaria en el público.

 
'Sacacuartos' tomando la muleta de Borja Álvarez.

Pronto e incansable, la escena del momento en el que le revelan al chaval la posibilidad del indulto de 'Sacacuartos', la cara de sorpresa de Román como testigo directo al enterarse del plan, y lo que siguió fue toda una maniobra orquestada. La carrera de Borja Álvarez para alegrar al animal, la provocación, las embestidas inagotables y a distancia, el presidente que se hace de rogar, la voltereta sin consecuencias y en ese instante el pañuelo naranaja asomando.

Borja Álvarez, que cortaba las dos orejas simbólicas, antes había demostrado escaso bagaje con el buen segundo hasta que le duró la raza.

Lama de Góngora no tuvo el lote. El tercero bis tuvo poco celo, poca casta. Puso el novillero solvencia y temple. El sexto tuvo mayores opciones partiendo del esfuerzo y la lucidez. Ahí se ahogó Lama que veía que la tarde se le iba. Además, con la espada mal.

La novillada encendió luces al futuro en el inicio de Fogueres 2013. Para acompañar supo a poco el un cuarto de entrada, pero la casta de los Fuente Ymbro y un arrollador Román son un buen efecto llamada. Mañana hay celebración de pasado: los 10 años de alternativa de José María Manzanares; como irá más gente, que les cuenten que el futuro se vio la víspera.

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