Le cortó la oreja al primero y pincho la faena del sexto cuando tenía la puerta grande de par en par. Para mi gusto el toro todavía poder para alguna serie más y un epílogo profundo antes de agarrar la estocada. Pero Adame se tiró con el toro todavía demasiado entero y de ahí los pinchazos.
Fotos :: Juan Pelegrín
Así lo cuenta Gloria Sánchez Grande en Contraquerencia:
Hubo momentos en los que me pareció estar viendo a César Rincón. La aparición se produjo en las dos primeras series al sexto toro, con el matador atornillado en el centro del platillo, citando de frente al animal que estaba en las tablas del 8, exponiendo las femorales, tragando paquete. Se arrancó el del Montecillo y Joselito Adame lo enganchó de manera impecable. Un derechazo, y otro, cargando la suerte. Así, dos series, dando sitio y templando la embestida del toro, que iba a más. Luego, una tanda con la izquierda y unas torerísimas trincherillas de remate. Todo por bajo.
El lote se lo llevó Adame. Con la falta de casta de los del Montecillo se estrellaron Ferrera y Serafín Marín. Menos amargo el caso de un Ferrera que de su paso por Madrid sale convertido en maestro, la mala suerte no se la merecía Serafín Marín, que se vestía de luces por primera vez esta temporada. La Fiesta o quienes la manejan lo han dejado demasiadas veces allá solo, en Catalunya, como para que ahora la falta de casta le frene las ilusiones.
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