Vía :: Mundotoro | Sobre la presentación del proyecto para la Academia de las Artes y Cultura de la Tauromaquia el pasado 24 de mayo en Las Ventas.
Se ha presentado en Madrid el proyecto de creación de la Academia de las Artes y Cultura de la Tauromaquia. Un trabajo de fin de título de Experto Universitario en
Dirección de Empresas y Actividades Taurinas, que nació en la
Universidad de Salamanca, en colaboración con el CEU de Valladolid,
para llenar el espacio vacío que en este ámbito formativo existe en
nuestro entorno. La Universidad ha sido siempre el germen teórico y
científico de cualquier realidad, ya sea social o de laboratorio y no
nos cabe duda de que la fiesta de los toros debería ser objeto de
estudio de los científicos sociales.
Pero además, la Tauromaquia no es una foto fija que se analiza y de la
que se extraen conclusiones estáticas. La Tauromaquia evoluciona a la
par del contexto histórico, social, económico y cultural en el que está
inmersa y por tanto, los cambios que sufre y las necesidades de
adaptación a dichos cambios deben ser detectados para producir una
transición a ellos desde el conocimiento y la experiencia de la
investigación. Hay que demostrar que la fiesta de los toros es una
industria cultural y como tal debe ser abordada por expertos.
Economistas, sociólogos, veterinarios, Ingenieros, abogados… muchas son
las perspectivas desde la que puede ser descrita y afrontada de una
manera interdisciplinar para llegar a un fin común, la investigación
para el desarrollo. Es ahí donde juega un papel fundamental la
Universidad y la necesidad de establecer una red de trabajo entre
docentes e investigadores universitarios que estamos trabajando temas
vinculados a la Tauromaquia. Es ahí donde debemos reivindicarnos como
pilar básico en el devenir de la fiesta y la creación de la Academia es
una oportunidad única para el sector. No podemos dejar que la
Tauromaquia funcione por inercia, es necesario profesionalizarla para
estar a la altura del resto de industrias culturales de nuestro país,
que por tradición o por consideración son tratadas por las
administraciones públicas y por sus clientes como tales.
Dice el profesor Sierra que 'toda frontera es una herida, una marca.
No se trata sólo de una línea divisoria, sino sobre todo de una señal,
de un lugar de comunicación o abertura que nos recuerda y distingue
quiénes somos y quiénes podríamos llegar a ser.' Sus palabras me
sirven para concluir que todo esto no es retórica sobre las líneas de
actuación, es sólo una llamada de atención para decir que realmente hay
gente preparada para afrontar el cambio pero nos falta decidir la
dirección y el capitán de la nave. El trabajo de Verdeguer y Moreno nos lo está poniendo en bandeja.
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