04 noviembre 2015

pablo iglesias ayer en el hormiguero: "no podaría los toros"

La ambigüedad reina. Estamos en una precampaña continua. Los líderes políticos y también los que no lo son viven entre tuvos catódicos. El plasma es el plasma. Porque claro, por mucho periodista o periolisto que tengan delante, la sensación es que muchas veces el discurso les sale como de carrerilla, memorizado, aprendido y vomitado como quien tira la caña a ver si pesca algún voto.

Ayer Pablo Iglesias se anunció en El Hormiguero. Un hormiguero, decían, especial. Si lo fue es porque se emitió tras el Real Madrid-PSG de Champions con el secretario general de Podemos como protagonista y porque hacia dudar si estaba enlatado y editado el programa o si era en directo. El antojo es de lo primero.


Respondió Iglesias de carrerilla a la entrevista fácil de Pablo Motos. Relajado y simpaticón. Lo que se nota es que tiene más calle que casi todos los de la primera línea política.

Al final, le pusieron un árbol y lo retaron a podar ciertos temas de la realidad española. Tras podar la monarquía con la excusa de que quiere que ésta sea elegida o refrendada democráticamente, Motos le puso en suerte los toros y dijo, tijeras en manos: "no me gustan los toros, pero no lo voy a podar".

A algunos les debió salir un sarpullido. Sus socios antitaurinos de Equo no sé qué pensarían. Más de un taurino, de esos de derechas de toda la vida, se debió acojonar vivo. A otros, aunque la simpatía se escasa o ninguna, para qué negarlo, se nos puso un poco morcillona. A ver si ha sido Pablo Iglesias el primero --incluso antes que los propios taurinos-- en reaccionar electoralmente ante los más de cinco millones de entradas vendidas en las plazas de toros en la temporada 2015.

La declaración no pasa del mero detalle. De un guiño electoralista más del que es imposible creer nada. Sobre todo desde este lado de la trinchera. Pero qué cosas: Ahora que la Tauromaquia es arma arrojadiza de políticos y motivo de ruido mediático, Iglesias dejó una respetuosa media y pasó a otro tema.

¿Será que más de cinco millones de entradas vendidas tienen cierta fuerza?

¿Que El Cordobés se lo explicó muy bien en su momento

¿O que desde la Anti-Tauromaquia creen que es mejor ir por la espalda?

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