12 marzo 2016
#fallas2016/ josé garrido o el cambio que apunta alto
José Garrido o el cambio que apunta alto. Llegó y cambió de canal. Cuando la tarde andaba atascada en forma y fondo, su aparición se antojó la renovación. Renovarse o morir: José Garrido abrió un camino a través del toreo sincero y su insultante juventud. Cambió el canal, el guión y la programación entera. Y fluyó. Ni una duda. Mucha fe en sí mismo y en su capacidad para llevar a cabo la misión que se le ha encomendado.
La tarde andaba atascada y brusca. Padilla y Fortes en versiones poco iluminadas habían aburrido en sendas faenas alargadas en exceso. Uno entre excusas y el otro en terrenos de cercanías sin hallar soluciones. Sin limpieza. La falta de temple del primer Fuente Ymbro, 'Palique', fue tratada a zapatillazos y su movimiento, desaprovechado.
Fortes no pulseó la virulenta embestida del montado y apretado Fuente Ymbro que hizo segundo. 'Señorío', que así se llamaba, no tuvo de eso precisamente. Fortes por la vía del valor. Cada muletazo era como un trueno cada vez que rozaba la muleta. En el intento de quite de Garrido a éste por gaoneras, la respuesta ya fue violenta. Fortes buscó sus terrenos encimistas y tampoco. El epílogo por manoletinas venía de serie, pero no correspondía. El primer aviso se escuchó antes de coger la espada y el segundo cuando marraba con el descabello.
Anda Saúl Jiménez Fortes reencontrándose. Buscando al torero de muñecas de seda y que gusta torear por los vuelos y sin aspavientos. Hubo una serie de esas, por la derecha, tomada muy en corto y ligada con limpieza como un oasis, traspapelada entre una faena espesa en la que no hubo gobierno. 'Histérico' se vencía y en una de esas empaló a Saúl sin consecuencias. La espada se volvió a atragantar.
La tarde la decantó José Garrido a su favor nada más hacerse presente. Es el cambio, que apunta alto. Algo más que actitud. Echó las rodillas para recibir a su primero, un castaño de nombre 'Retama', sin grandes frutos por la mansedumbre corretona con la que se hizo presente y el viento inoportuno.
Un toro mansurrón y con bastante menos genio que sus hermanos, Garrido le atacó por derecho en sus terrenos, ganando la acción y sujetando aquella emoción. Un farol sorprendente en el tercio para arrancar y a continuación esa intensidad mantenida de principio a fin. La pata adelate, el toreo ceñido y enroscado, la frescura mental para anticiparse, la mansedumbre atada a los vuelos, y Garrido que, con todo, además, se embraguetaba y se gustaba. Los tendidos estallaban ahí.
Y una serie por naturales de seis o siete muy de verdad. La embestida por la faja, la suerte cargada y el de pecho en los que tanto se vacía el extremeño en el remate. El epílogo por bernardinas y el contudente espadazo dieron paso al clamor. Las dos orejas y la primera puerta grande de los toreros del cambio en esta nueva temporada que se antonja apasionante.
Pero Garrido está para eso y más. El sexto le puso a prueba. Sino fue para excesos y lucimiento, si para dar la sensación de capacidad o, incluso, ganar la pelea. 'Mimoso', el más bajo, recortado y de formas más redondas, se atrancó desde el inicio. Manos por delante y corto viaje. Le tragó Garrido mientras se le quedaba en el mismo muslo. Por el izquierdo lo empujó, pero no. Fue otro Fuente Ymbro que salió rana.
Decepcionó la corrida de Ricardo Gallardo. Por áspera, descompuesta y su poca entrega. También un Padilla sin recursos ni firmeza. El lote no le regaló ni el aportó tacto. La tremenda paliza que se llevó al salir perseguido tras la estocada al cuarto afortudamente quedó en un susto, por el que al finalizar el festejo pasó a la enfermería.
Por la puerta grande se fue José Garrido, que demostró que esto del cambio no es ninguna milonga. Apunta alto. Llegó y cambió de canal el primero y se convirtió en el primer matador que abre la puerta grande en estas Fallas 2016.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Valencia, 12 de marzo de 2016. Segunda de la Feria de Fallas. Toros de Fuente Ymbro bien presentada, aunque sin excesivos pitones, muy áspera, geniuda y entre mansa y bravucona. Juan José Padilla (silencio y ovación), Jiménez Fortes (silencio tras dos avisos y silencio tras aviso) y José Garrido (dos orejas tras aviso, ovación y puerta grande). Cerca de media plaza (unas 5.000 personas)
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