30 octubre 2008

sí, un coche bomba: ¿y qué?



Los grandes estadistas de tres al cuarto de la banda terrorista ETA han vuelto a trazar un plan magnífico al colocar un coche bomba en la Universidad de Navarra con toda la mala idea, pero que al final sólo, y menos mal que sólo, ha dejado 17 heridos leves. Mira que son malotes, han avisado por teléfono a medias. Han dicho: "un coche va a estallar en un campus universitario", como si estuviesen jugando a las películas y se creyesen el malo de la Jungla de Cristal III. Pero seguro que tras colgar el teléfono han amagado un media carcajada de niños rebeldes, porque algo así deben ser: un poco críos.

Al parecer deben estar pillándole el gusto a jugar con bombitas. Puede que incluso se les ponga un poco dura a ellos y a ellas los pezones erizados cuando, en su ineptitud, programan los aparatejos y piensan que bien podría explotarles en la cara: qué juerga.

En estado de éxtasis, escondidos en su madriguera, se mirarán al espejo y pensarán: qué grandes patriotas vascos somos. Pero qué más. Qué es lo esperarían tras el estallido del coche bomba en la Universidad de Navarra: ¿Infundir miedo a estas alturas?

Qué va. A estas alturas pasa como con las palabras de Mijatovic, pero salvando todas las distancias. Sus actos, los de esta ETA malcriada, lo único que producen es vergüenza ajena porque parece que no, que no se cansan de hacer el paripé.

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