25 agosto 2009

estampas de castro urdiales



Castro a secas la llaman desde Bilbao a la localidad cántabra llamada Castro Urdiales, que es donde este año hicimos una rápida escapada en tiempo de Aste Nagusia.



Es un pueblo marinero en el que la marea marca los tiempos. Y donde todo alrededor del puerto huele a pesacadores.



Castro Urdiales está presidido por la iglesia de Santa María de la Asunción, su faro y ya el océano. La iglesia del s. XIII dicen que es el mejor ejemplo gótico de Cantabria.





Cualquiera de los rincones en los que Castro se adentra en el Cantábrico parece bueno para darse un baño en estas fechas o para practicar el deporte rey de allí, el remo.



Pero en Castro Urdiales hay un espacio que resulta irresistible y al que no se le puede negar un chapuzón nada más verlo. Se trata de la piscina natural de agua salada que llega entre enrevesadas rocas. Es un pequeño paraíso en el que sólo se tiene que andar con cuidado cuando se va alcanzando la pleamar porque el agua te arrastra. Lo demás, un placer.



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