Qué se le va hacer: la realidad es tozuda y no gusta a todos; está demostrado. Otra muy diferente es el abuso de poder y tratar de esconder la realidad aplicando la censura. Y más en estos tiempos. El efecto bumerán ha sido brutal y merecido. En democracia no se patina todos los días como lo ha hecho el diputado Máximo Caturla, con total desfachatez y abuso de poder. Si la dignidad estuviese a la altura de todos los seres humanos por igual, tras la dimisión del director del MuVim, Romà de la Calle, haber escuchado el grito 'Cultura sense censura', y el rechazo del acto censor de Rita Barberà o Esteban González Pons, el tal Caturla debería ser el siguiente en colgar los trastos y, por último, a Alfonso Rus no estaría de más hacerle cierta recomendación. Eso, o un mayor respeto a libertad de expresión y un menor vicio censor tanto desde los cargos políticos como desde la televisión autonómica dedicada a la más burda propaganda y que permiten esas odiosas comparaciones con el regimen cubano hechas por el mismísimo Miguel Bosé, el amigo Juan Enrique Tur o por uno mismo cuando ya hace más de una año escribió un post en esta misma bitacora titulado 'En Cuba no se enteran (en la Comunitat Valenciana, tampoco)'.
Como decíamos, la realidad es tozuda. Lamentablemente, mucho más tozuda de lo que parece.
Foto de Miguel Lorenzo.
PS: La Unió de Periodistes Valencians reabrirá la exposición el próximo jueves en la galería independiente Tomàs March (pl. Nàpols i Sicilia) y podrá ser visitada durante un mes.
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