
No era el toro, un vareado, anovillado y feo ejemplar de Javier Molina con claros síntomas de descastamiento y complicaciones varias. Eran las circunstancias y la responsabilidad de Morante de la Puebla, que fue más torero todavía.
Hay escenarios que así lo requieren, y Sevilla para Morante, junto con Madrid, es uno de ellos. No hacen faltan más demostraciones. Sorteó la incertidumbre, se puso donde había que ponerse e hizo el toreo con abrumadora naturalidad. Sin crispación ninguna. Parar, templar, mandar y rematar, con lo difícil que era esto último, con el toro queriéndose quedar debajo.
Por lo demás, impresentable la corrida de Jandilla y Vegahermosa. Los golpes de corazón de un artista de esto del toreo como es Julio Aparicio. Y que Cayetano cumplió con decoro el trámite de su presentación ante la cátedra maestrante con dos inválidos tullidos.
Antes de la corrida mantuvimos una apasionada tertulia en la grabación del programa La Divisa de Ribera Televisió que podrá verse hoy martes a partir de las 21:30. Cuando sucedió la faena de Morante al toro de Javier Molina, intercambiamos un par de mensajes Carlos Aguilar y servidor. No es que sean top-secret, únicamente creo que explican bien la actitud y la circunstancia de la faena, pero sólo los haré públicos en un post si así lo desea la otra parte.
PS: Una recomendación es la visita a la galería fotográfica de Arjona. Un lujo las imágenes de Morante y de Aparicio sobre todo. Porque cuando hay arte se nota.

Foto :: Arjona para plazadetorosdelamaestranza.com
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