Antonio Lorca en El País:
Cuando se abrió la puerta de cuadrillas, se armó la tremolina en la plaza; y todo, porque Serafín Marín, natural de la localidad barcelonesa de Montcada y Reixac, apareció envuelto en la senyera, a modo de capote de paseo, y tocado con la barretina en lugar de la montera. Una parte de los tendidos aplaudió con ardor, mientras otra se sintió ofendida y lo abroncó sonoramente. Aunque el diestro no tuvo ocasión de explicarse, parece fácil concluir que su gesto era una defensa de la fiesta en Cataluña y no una afrenta al resto del país, como algunos entendieron.
1 comentario:
Sí, señor. Solo algunos los entendimos, pero Olé su valor.
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