20 mayo 2010

la alhóndiga de bilbao abre al público (por fin!)



Va para seis años que no falto a la Aste Nagusia de Bilbao. Sus fiestas, su plaza de toros, en definitiva, el todo Bilbao me tienen atrapado. Son cosas que pasan y que ahora mismo (por tiempo sobre todo) se hacen difíciles de explicar. Además, creo que alguna vez eso ya lo he contado.

El caso es que en 'mi barrio' durante todo este tiempo --cinco años-- un edificio de recio estilo modernista ha estado inmerso en unas obras que parecían interminables. Se trata de La Alhóndiga, que por una de sus caras da a la Alameda de Rekalde, esa avenida que cruza Bilbao por su mismo centro y une el Guggenheim con Vista Alegre, y de la que yo hasta hoy sólo conocía el aparcamiento que hay en sus sótanos.

Este próximo verano será diferente. La Alhóndiga de Ricardo Bastida, inaugurada en 1909, ha vuelto a abrir al público como plaza pública y centro urbano multidisciplinar: gimansio, biblioteca, cines de arte y ensayo, restaurantes y mucho más tras la que debe ser una espectacular obra con la firma de Philippe Starck y que hay muchas ganas de ver y disfrutar.

Anatxu Zabalbeascoa en su blog Del tirador a la ciudad lo cuenta mucho mejor:

Desde hace unos años, en todas sus presentaciones Philippe Starck habla del amor. Luego asegura que no es inteligente. Silva, levanta las cejas. Sonríe. Hace tres chistes a costa de sí mismo y se gana a la prensa y al público. Siempre explica lo mismo. O una versión de lo mismo. Viene a decir que la honestidad es el reto del futuro. Escuchar lo mismo una y otra vez puede hacerte dudar. O convencerte.

Llegó a Bilbao para inaugurar la Alhóndiga, el antiguo almacén de vinos y aceites cerrado durante tres décadas y rescatado ahora como corazón del barrio de Abando. La idea era dotar a este distrito con un motor más físico e intelectual que económico. Un lugar que preparara el cuerpo y abriera la mente sin que se resintiera el bolsillo: cines de arte y ensayo, salas de exposiciones, piscinas y hasta un restaurante capaz de incorporar a la vasca tradicional, la nueva cocina rumana que se cuece en Bilbao.

El consistorio bilbaíno quiso recordar a sus ciudadanos la importancia de la diversidad. También que hay muchas formas de disfrute no asociadas al consumo. Starck firma el envoltorio para que un lugar de esfuerzo y placer (un gimnasio o una biblioteca) entre por los ojos como un espacio de ensueño.

Del antiguo edificio de 1909 de Ricardo Bastida sólo queda la fachada..."

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