27 julio 2010

en catalunya o donde sea: la defensa de las corridas de toros es el toro

El otro día en una tertulia radiofónica con motivo de la Feria de Julio. La moderadora, totalmente desconocedora de todo lo referente al tema taurino, con cierta sorpresa por cómo iba la conversación, intervino diciendo algo así como: Veo que en la corrida no todo depende del torero, que el toro tiene una gran importancia.

Se atrevió incluso a medirlo en porcentajes. Y los que estábamos allí tratamos de explicárselo: El toro es lo más importante, su respeto e integridad, su bravura o su raza, son primordiales. El toro es eje de todo y sin toro lo que pueda suceder en una plaza no importa.

Es más, si el toro no fuera el elemento más importante de quienes participan en las corridas de --precisamente-- toros, de alguna manera se le estaría dando la razón al colectivo antitaurinos. Si el toro fuese un elemento secundario y sin importancia en la corrida, sí se podría hablar de tortura y probablemente este arte o espectáculo no nos gustaría.

Y ahora, para acabar, me vienen a la cabeza las palabras del poeta Paco Brines que leí no hace mucho:

El delicado equilibrio del ser del toreo, (...), dicta altas y difíciles exigencias en los tres protagonistas de la Fiesta: el torero, el toro y el testigo. Arte, dominio y valor en el primero; en el segundo, la íntegra fortaleza en su impulso inocente; en el espectador, sensibilidad y conocimiento en la mirada, y lo que quizá resulte más paradógico para los enemigos de estas celebraciones: una extrema vigilancia moral. Y este es el delicado equilibrio que exige el toreo para poder seguir siéndolo.

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