21 julio 2010

feria de julio 2010/ excesiva puerta grande para un arturo saldívar muy torero



Feria de Julio. Plaza de toros de València, 20 de julio de 2010. Novillos de Javier Molina para Arturo Saldívar, El Melenas y Jesús Chover. [VÍDEO]

Arturo Saldívar creció un palmo como torero en el cuarto. Visto cómo había sucedido la primera mitad del festejo, cómo habían salido los de novillitos de Javier Molina, cómo el suyo se le había echado de puro descastamiento cuando él le plantaba cara en plan novillero y visto cómo eran las meriendas que el respetable se había trajinado por los tendidos, el mexicanito se sentó toreramente a ver pasar el tiempo en el estribo y antes de que sonasen clarines y timbales, se dijo a sí mismo, allá voy. Y allá que se fue.

Recibo de rodillas, de esa guisa un par de intentos a la verónica, galleo por chicuelinas con una primera que cortó la respiración, luego el quite y la cosa lista para reventar. El novillo, con buen son y nobleza.

Saldívar brinda, se va a los medios y cuando el novillo se arranca, hinca las dos rodillas y liga el toreo en redondo y abrocha la serie con dos de pecho de verdad, pasándoselo por la misma pechera. Se va, da distancia, se la deja en la zurda y Saldívar cuaja una bellísima serie al natural, muy hondo y largo, cargando la suerte, rebosante de temple, con la bamba sobre el albero y el torero muy entregado, muy asentado en los riñones, sintiéndose de verdad.

El nivel del inicio ya no se volvió a alcanzar, pero se mantuvo el interés por los oportunos detalles, porque el novillo de Javier Molina no dejó de embestir pastueño a la muleta del mexicano y porque éste llegada la hora de verdad agarró una estocada desprendida y efectiva. Se desató una euforia desmedida, el presidente se sumó a la juerga, concedió las dos orejas, también la vuelta al ruedo al novillo, que atendía por 'Bordador' y la banda se volvió a atrever con el 'Qué viva España', y la plaza de toros de València vio como una tarde más su prestigio se rebajaba otro cacho.

El premio desmedido, el vergonzoso epílogo del segundo de la tarde con el puntillero de la plaza y la banda que pone su pequeño granito de arena en convertir lo que debería ser una plaza seria en una auténtica verbena provoca que al aficionado con dos dedos de frente se le caiga el alma a los pies tarde sí tarde también.

Por no hablar de la incógnita de El Melenas en el cartel. Esta vez la cosa sólo acabó con algún que otro corte en la mano derecha al entrar a matar y cierta sorpresa. Porque El Melenas al menos se administró con el capote y pasó a sus toros en redondos sin remate y ofreció algún trincherazo con sabor e incluso levantó un par de olés. Otra cosa es que a los dos mejores novillos de la tarde permitiera que los masacrasen en varas --el quinto recibió tres crueles puyazos--, y pese a ello le pusieron el triunfo en bandeja y fueron arrastrados con las orejas colgando. Sobre todo el segundo de la tarde, que se llamaba 'Bombito' y era todo un bombón y le dieron matarile en mitad de un dantesco espectáculo gracias a la impericia del puntillero de la plaza, y por extensión a los responsables de ésta, por no preguntar que clase de tercero decoraba la cuadrilla de El Melenas. La pregunta es: ¿quedan todavía más oportunidades?

Jesús Chover, que venía con toda su fuerza y toda la ilusión de quien debuta con picadores, no tuvo otra que pechar con el peor lote. Y eso le supuso un contratiempo porque los planes se le desbarataron y no estuvo lo que se dice fresco de ideas. Y mira que lo intentó yéndose a porta gayola con su primero, un colorado, el más grandón de la tarde, de brusco estilo y nula entrega, entrando en quites y banderilleando con ímpetu. Pero si poco tenía el novillo, el viento se encargó de ponerlo todavía peor. Lo mejor, la estocada final.

Que la tarde no estaba a favor de Chover se acabó de demostrar con el sexto. Descastado y muy parado, la espada a última hora, además, se le atragantó.


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