luis francisco esplá ofrece una clase magistral a los alumnos de la escuela de tauromaquia de valència

Hoy he decubierto la Venta del Saler. No la conocía todavía. Está en medio de la devesa, entre l'Albufera, sus arrozales, con el Mediterráneo a dos pasos y rodeada de pinos, la Venta del Saler se levanta allí. Unos buenos de corrales que algún se utilizaron para guardar las corridas que se tenían que lidiar en la plaza de toros de València y una placita de tientas cuadrada. Las paredes, blancas.

Hoy los alumnos de la Escuela de Tauromaquia de València vivían el día grande del curso. El maestro Luis Francisco Esplá iba a impartir una clase magistral con la tienta de becerras de la ganadería de Nazario Ibáñez. Ilusiones, sueños, ganas de estar bien y aprender.

El maestro Esplá les descubría la colocación, el cambio de terrenos, el engañar para luego desengañar a las becerras y quitarles el genio, les invitaba a hacer las cosas con naturalidad, sin tensión, sin prisas, sin violencia.

Los alumnos se esforzaban por estar bien. La primera becerra de Nazario Ibáñez ha sido noble hasta decir basta y se ha dejado por ambos pitones. La segunda ha sacado más genio, pero cuando se le han hecho las cosas bien ha roto por el derecho. La tercera era la más cuajada y no ha estado sobrada de fuerzas.

En la escuela hay buenos mimbres: David Sevilla, El Junco Moreno, Cristina Blasco, Francisco Damas, Jorge Expósito, Román, Jonathan Sáez, Cristian Gómez, Cristian Climent o Robert Beltrán han sido la muestra de hoy. Y de todos ellos bien podría salir alguno, pero hablar de futuro en estos casos es lo complicado. La ilusión y las ganas las tienen intactas. Y lo mejor de todo, es que son diferentes unos de otros.

Ahí van algunas fotos del rato que hemos echado, en una mañana estupenda para torear.