Los toreros, dice, "ahora somos marionetas y queremos dejar de serlo". La frase que ha servido de titular admite muchos matices, y más si al G10 se refiere. Porque en justo lo contrario consiste ser figura: en exigir y mandar en fechas, ganaderías, compañeros de cartel y dineros; vamos, justo en lo que han venido haciendo toda la vida.
Dice también que "el plan primero era para todo el escalafón, establecer mínimos para los que tienen una situación más difícil". ¿Situación difícil es la de quienes permitían, por sus sueldos, porque se enfrentan a todo tipo de ganado o porque se integran sin protestar en cualquier tipo de cartel para que otros cobren los sueldos de figura?
Son muchos los matices, lo mismo que es totalmente aceptable la postura del G10 en la cuestión de los derechos de imagen. Pero en estas, y hablando de imagen, y aunque no sea lo mejor mezclar las cosas, me viene la imagen de Juan José Padilla, con la cara partida, la visión de un ojo perdido, una trayectoria entre toros de Miura, Victorino, Cebada o lo que nunca nadie ha querido, y pese a todo tiene una voluntad tremenda que no vale ni todo el precio que ha pagado su cuerpo y ni guarda rencor ni nada por el estilo: sabe y sabemos que se ha ganado todo el respeto del mundo. No es su derecho de imagen. Es bastante más que eso: es su derecho a ser torero, a seguir sintiendo el toreo como pocos lo han sentido y sin pedir más que lo que se ha ganado.
Y si hablamos de independencia, sólo podemos pensar en uno que es de verdad es autosuficiente: José Tomás. La prueba, que esta no es su guerra.
Ahí van algunas preguntas/respuestas, aunque lo mejor es leerla entera.
—Las crónicas hablaban de un Juli que toreó en la Monumental mexicana como si estuviese en juego su carrera. ¿Salió más espoleado allá por el «ninguneo» que a veces ha sentido acá?—El verdadero motivo de ser torero es vivir cada tarde como si fuera la última. Me jugué la vida con un difícil lote y corté cuatro orejas. Estoy feliz.
—En medio de tanto comunicado, la opinión pública no tiene claro qué persiguen exactamente las figuras.—El mensaje rotundo que quiero transmitir es que los toreros que se agrupan en el llamado G-10 no están en absoluto en contra de la televisión. Todo lo contrario: estamos muy agradecidos a las cadenas que han apostado por los toros, pero también consideramos fundamental la televisión en abierto y no un monopolio. No es lícito que se mercadee con la imagen del que se juega la vida. Los dueños de esa imagen deberíamos ser nosotros. Ahora somos marionetas, y queremos dejar de serlo.
—Algunos piensan que el G-10 quiere «rebañar» el pastel televisivo.—Eso no es así, aunque sabemos que antes de negociar ya se creó un ambiente hostil. El plan primero era para todo el escalafón, establecer unos mínimos para los que tienen una situación más difícil. Pero no se ha podido llevar a cabo por presiones empresariales hacia algunos toreros. Pedimos algo beneficioso para la Fiesta: mayor cobertura, llegar a todo el mundo.
—La moneda también será un as de oro en esta batalla televisiva.—Lo económico no es lo más importante. Para nada. Es más, parte de los ingresos los destinaremos a una fundación en pro de la Fiesta. Ahora mismo no tenemos voz ni voto. Evidentemente, consideramos justo un reparto más equitativo. Pero estamos dispuestos a sacrificarnos en la medida en que sea necesario. Por ejemplo, queremos que vuelvan las corridas a TVE para que se vean hasta en el último rincón de España y, si el ente no tuviese dinero, puede llegarse a un acuerdo de otros modos, como ofreciendo información en los telediarios, aspecto fundamental en esta pelea.
—Las empresas se quejan de la situación, sobre todo, en tiempos de crisis.—Nuestra medida no es abusiva. Lo que sucede es que en ese reparto antes se beneficiaba más la empresa que el torero, que es el que capta la atención.
—¿Lucha de poderes?—Si no hubiese televisión, casi todo el G-10 estaría en Fallas. Pero si no toreas con televisión, no estás en las ferias. Claro que, incluso alcanzando un acuerdo, algunos nos hemos quedado fuera. Se ha tomado ese camino como una medida de fuerza.
—¿Han medido la posibles consecuencias con esta economía zaina?—El dinero de la tele es algo externo y no debería perjudicar. Yo no he pedido a nadie que suba mis honorarios.
1 comentario:
dedicate a torear y deja de decir tonterias, que ya eres mayorcito.
es una pena que te valore mas cuando tenias la mitad de edad que ahora.
Publicar un comentario