Vía :: Toro, torero y afición |
Si Robleño fuera un personaje de la Grecia Antigua o la Roma Clásica, este domingo, 15 de julio, habría firmado una emocionante página en la historia de la Mitología. En vez de laberintos, minotauros o lagunas sin fin, su leyenda estaría atravesada por el violento río Tech a su paso por Céret, habría seis imponentes toros cárdenos de José Escolar y le ayudarían en su colosal gesta una legión de centauros de Bonijol portando puyas y patas de hierro. Pero Fernando Robleño no es un gladiador ni un guerrero: es un TORERO (lo más parecido a un héroe en esta pobre sociedad nuestra) ante probablemente el público más serio del amenazado mundo taurino: el de Céret.
Vía :: El toro de la jota |
...este fin de semana en Francia me ha servido para demostrarme a mí mismo que no soy una rara avis en esta sociedad gustosa de la superficialidad, que esta pasión que tenemos los aficionados a los toros es un premio divino que nos tocó el día que fuimos a una plaza por primera vez. Porque disfrutar de Ceret de Toros es un privilegio sólo al alcance de los aficionados a los toros. Gente como los de la ADAC, toreros como Fernando Robleño y aficionados como vosotros (ya sabéis vosotros a quién me refiero) son un regalo para los sentidos y para el corazón de aficionado. El orgullo de ser aficionado a los toros.
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