En la crónica parecimos intuir y lo contamos así:
"Román lo empieza con tres doblones. Al tercero echa las rodillas y sube el fader a tope. Se hunde de riñones y liga dos redondos. Riza el rizo para ligar el de pecho o la trincherilla y 'Amante' le da un zarpazo que lo sube a la primera naya. Sin consecuencias.Pero a mil por mil. En los medios le propone la muleta plachada. Y lo sujeta por abajo. La emoción hace crujir los tendidos. Muy largo y necesariamente mandón en redondo. Cada muletazo es como un calambrazo. Y la muleta plana. Con la izquierda intercala dos tandas. En la primera lo acaba por templar y sentir..."
Ni de pecho ni trinchera, lo que quiso hacer es ¡¡un cambio de mano!!!
Salvo la foto del paseíllo, toda la galería es del fotógrafo Carlos Gómez-Litugo
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